miércoles, 3 de junio de 2020

Aterrador solo contigo

Este mes de junio he iniciado una cuenta atrás. No sé si llegar a la edad de peinar canas, como estas canas que lucen estas señoras, tendrá consecuencias para mí. 
De momento, solo me he visto una cana el pasado mes de mayo. Y llevo 5 meses sin ir a la peluquería. Mañana tengo cita, por cierto. Ya tocaba cortar un poquito el cabello. 
Teñir, de momento no necesito hacerlo porque no tengo canas, o no las suficientes para eso. Una solita, que además me la arranqué, no obliga a eso. 
Ellas deciden mostrarlas, incluida la Reina. No estoy por la labor, cuando me salgan más. Cada mujer toma sus propias decisiones. 





Tampoco estoy ni he estado nunca por la labor de estar con nadie para quien yo no fuera suficiente. Un Tauro me hubiera dado la luna si se la hubiese pedido, y no lo hice, ni tampoco acepté lo que me pidió. Y un Escorpio tal vez decida que ha sido suficiente, que son casi 22 años juntos, y que una cincuentona, como que ya no. Bueno, debería aceptarlo con deportividad. Esas cosas pasan a muchas mujeres. 
Lo que nunca aceptaría, de ningún hombre, es que aceptara compartirme porque él piensa que es aterrador estar solo conmigo y tener que renunciar a toda una oferta maravillosa de posibilidades que se abren ante sí, porque tiene muchas mujeres a tiro. Que no puede evitar ser un poco malo por fuera, para así estar tranquilito y no ser muy borde cuando llega a casa. 

Jamás aceptaría eso, porque tal historia me la sé. Lo llevaría peor que peinar canas. Cosa que no voy a hacer. 
Esa historia fue la vida de mi madre con mi padre. Mi madre está feliz; mi padre no tanto. 
Y de verdad que paso. 

Paso de hombres como mi padre; siempre lo he hecho, porque paso de estar con nadie para quien yo no sea suficiente, con mi pequeñito cuerpo o mi pequeñita neurona - que es lo que dicen que tenemos las rubias - y paso de que estuviera dispuesto a plantear una relación abierta que me permitiese a mí estar con otros hombres, para que él pueda estar con otras mujeres. 

De verdad. Semejante cirio, ni con 20, ni con 30, ni con 50. 
Estoy mayor para bobadas. Ese tipo de hombres, para otras. No me ha tocado nadie así, todos tenemos defectos pero nunca he tenido que tolerar ese fallo, ni creo que me gustase hacerlo. Cada una decide qué sapos quiere tragar, y ese no me pasa por la glotis.