martes, 11 de diciembre de 2018

Raquítica idea de democracia

Si no me gusta el resultado de una votación, lo que hay que hacer es repetir votaciones hasta que salga lo que a mí me gusta. Esto me recuerda a una compi del cole de las Dominicas que cuando tirábamos la peseta (había pesetas entonces, mamma mia) al suelo del patio para elegir quien empezaba primero el juego del "cascayu" e ir con ventaja, si no salía ella la primera, pedía volver a tirar la peseta. Yo flipo con el concepto de democracia de Almudenita Grandes. No es una gran idea, ni una gran manera de entender la democracia. ¡Alucinante doña Almudena!

Con semejante texto no hace honor a su apellido. Raquítica visión la suya de la democracia. Me pregunto si utilizaría la misma lógica de repetición de elecciones para "desalojar" del Congreso de los Diputados en Madrid, a todos los diputados encabezados por un señor que lleva coleta y que han sido elegidos democráticamente. Desde mi visión céntrica del mundo y de la política, tan populistas y extremistas me parecen los de derechas, como los de izquierdas. Ni más, ni menos. Que Almudena tenía una visión del mundo muy escorada a la izquierda eso yo lo tenía claro, clarísimo. Ahora bien, que tenía una idea tan raquítica de la democracia, eso sí que no me lo esperaba. Y publicado en el mejor periódico de este país que es EL PAÍS. Eso es indiscutible, aunque también tenga su visión política este medio, no me impide verlo. Y yo me pregunto, ¿por qué piensa doña Almudenita Grandes, que ella grande es, aunque no sea grande su visión de la democracia sino muy raquítica, por qué piensa que repitiendo elecciones no van a volver a salir los mismos diputados de VOX o más? ¿Repetimos en Andalucía y en el resto de España elecciones hasta que salga lo que Almudena quiera y le parezca bien y democrático?.  

https://elpais.com/elpais/2018/12/08/opinion/1544282486_669337.html

Precio

La única bala que puede matar al oso, los doce escaños de Vox, tiene un precio, y hay que pagarlo


FOTO DE ARNALDO GARCÍA EN EL MURO DE XIXÓN Y DESPUÉS DE IR A LA PELUQUERÍA. EL CABELLO, CLARAMENTE, ESTÁ RECIÉN PEINADO DE PELUQUERÍA. SOY MUJER. 

Para vender la piel de un oso, conviene haberlo matado previamente. No se puede negar que la derecha andaluza está apuntando al oso socialista con un arma letal, pero es igual de innegable que la munición no les pertenece. La única bala que puede matar al oso, los doce escaños de Vox, tiene un precio, y hay que pagarlo. En la euforia de la noche electoral, parecía barato. Ahora, por lo visto, ha subido una barbaridad. Pero lo último que se le puede pedir a los socialistas andaluces es que se suiciden, es decir, que les presten escaños a sus enemigos para que puedan cargárselos cómodamente, sin pagar el precio de pactar con Vox. Porque su principal obligación, como la de cualquier otro grupo humano, es sobrevivir, y su supervivencia pasa, entre otras cosas, por mantenerse tan lejos de Ciudadanos como puedan, en vista del resultado obtenido de su pacto con Susana Díaz. El último, valiosísimo servicio que la presidenta en funciones puede ofrecer a su partido, antes de dimitir y recibir abundantes homenajes, es provocar un bloqueo parlamentario que obligue a repetir las elecciones. La repetición constituiría además la mejor manera de evitar que Vox tenga un papel preponderante en las instituciones andaluzas, porque es de esperar que quienes se dedican ahora a quemar contenedores en vano, contra el legítimo resultado de un partido que ha respetado las reglas del juego democrático aunque aspire a suprimirlo, no desperdicien la oportunidad de ir a votar la próxima vez. La derecha se resistirá con todas sus fuerzas a la repetición, porque el PP, que la provocó en Madrid gracias a tres turbios tránsfugas, conoce muy bien el final de la historia. Pero ese es su problema, no el del PSOE. Y mucho menos el de Adelante Andalucía.