Si lo dicen ellos, igual es verdad. Nunca se sabe. No sé porqué, en esa parte de España, que de momento sigue siendo España, se nota un cierto complejo de SUPERIORIDAD, que no es otra cosa que el reverso de lo que verdaderamente sienten: complejo de inferioridad.
Cuando vine a trabajar aquí, algún guía comentaba que era el segundo más grande, después del Escorial. Pues parece que no. Que es el más grande y así lo explican ahora. Aquí en Xixón son muy grandones para todo: el Molinón, la Escalerona...
Lo cierto es que para mí es un lujazo entrar a trabajar en este magno y cómodo edificio cada día, donde además está ubicado el Conservatorio de Música. Mis hijos son carne de Conservatorio. Entrar aquí es como un sobresueldo en especie que me paga la Universidad.
Y lo más importante es que lo tengo a 10-12 minutos de mi casa, al vivir en zona rural, y los semáforos y atascos de la ciudad es algo que ignoro cada día. Lo que se dice CALIDAD DE VIDA, en esta patria querida, de la que a veces una planea huir.
A Oviedo, solo por razones docentes. Siempre he tenido allí un pie. No es fácil escapar de la ciudad natal. Tampoco he querido hacerlo nunca. La vida me ha llevado a ello.
El edificio más grande de España está en Gijón
Triplica el tamaño del Monasterio del Escorial
¿Cómo nació?
En origen, se planteó como un orfanato destinado a acoger a los hijos de los mineros que, como consecuencia de accidentes laborales, morían por decenas en la entonces floreciente minería asturiana. El objetivo era atender, como mínimo, a un millar de alumnos que residirían en su mayoría en el complejo. Éste estaría dotado de escuela, talleres industriales, granja propia, campos de cultivo e instalaciones deportivas. Las obras empezaron en 1948 y en 1958 estaban completadas, pero el centro empezó a funcionar en 1955. Llegó a ser, con capacidad para 3.000 alumnos, el instituto de Secundaria más grande de España y, desde su inauguración, más de 110.000 alumnos han pasado por sus aulas, en las que impartían clase diferentes congregaciones religiosas. De estos 110.000 alumnos, sólo 40.000 fueron asturianos. En su construcción participaron como obreros batallones de presos políticos. Con un total de 270.000 metros cuadrados y construido entre 1948 y 1958, el edificio más grande de España es la actual Ciudad de la Cultura de Gijón, ubicada en la parroquia de Cabueñes. Con todo, ése no es su nombre original, ya que se inauguró denominándose Universidad Laboral de Gijón. Su estilo neoherreriano recuerda el del Monasterio de El Escorial, cuyo tamaño triplica, y desde 2016 el complejo está considerado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. Actualmente acoge las instalaciones de la Radiotelevisión del Principado de Asturias, el centro de arte y creación industrial LABoral y la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales de la Universidad de Oviedo. También alberga la Escuela Superior de Arte Dramático de Asturias, el Centro de Investigación ThyssenKrupp, un centro de Formación Profesional y el Conservatorio Profesional de Música de Gijón.
En origen, se planteó como un orfanato destinado a acoger a los hijos de los mineros que, como consecuencia de accidentes laborales, morían por decenas en la entonces floreciente minería asturiana. El objetivo era atender, como mínimo, a un millar de alumnos que residirían en su mayoría en el complejo. Éste estaría dotado de escuela, talleres industriales, granja propia, campos de cultivo e instalaciones deportivas. Las obras empezaron en 1948 y en 1958 estaban completadas, pero el centro empezó a funcionar en 1955. Llegó a ser, con capacidad para 3.000 alumnos, el instituto de Secundaria más grande de España y, desde su inauguración, más de 110.000 alumnos han pasado por sus aulas, en las que impartían clase diferentes congregaciones religiosas. De estos 110.000 alumnos, sólo 40.000 fueron asturianos. En su construcción participaron como obreros batallones de presos políticos.
El complejo entró en declive a partir de 1978 y su deterioro fue notable, ya que la Administración central no atendió sus necesidades. En 1996, las monjas clarisas (última de las congregaciones que residían y trabajaban en el complejo lo abandonaron por la escasez de alumnos. En 2011, el Gobierno del Principado de Asturias se hizo cargo del complejo y le otorgó nuevos usos, aunque hay zonas que todavía no se emplean. De hecho, se ha llegado a plantear la utilización de parte del recinto para usos hoteleros.