Pues me parece genial. Quien quiera ir como un brazo de mar, estupendo. Y si se ve bien así, o se ríe del asunto, pues también. En eso consiste la libertad.
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Ana Morgade se viste con un portatrajes para reivindicar su
cuerpo en la alfombra roja de la Seminci
Harta de no poder ponerse nunca lo que le «gusta», sino lo
que le «abrocha», la humorista y actriz pensó que le quedaba «mejor la bolsa
que el traje». «No me aprieta, no me tira, no me asusta, y representa lo que
soy, mejor o peor: una comediante», ha dicho
Ana Morgade se ha plantado contra los
injustos y estrictos cánones de la moda, la absurda esclavitud de los filtros
de Instagram y los ideales inalcanzables de cuerpo perfecto. En una sociedad
que rinde culto a la belleza y la juventud, la representación importa, las
imágenes construyen realidades y lo que no se ve, no existe. Por eso, la humorista
se ha enfundado, y nunca mejor dicho, en una funda portatrajes en la última
alfombra roja a la que ha acudido. «Orgullosa y feliz, con un traje que no me
aprieta, no me tira, no me asusta, y representa lo que soy, mejor o peor: una
comediante. Y ¿saben qué? Es la primera vez que no me apetece ponerle filtros a
la foto», ha dicho sobre su atuendo. La actriz asistió el sábado de esta guisa
a la Semana de Cine de Valladolid, la Seminci, donde presentó la gala de
arranque con la también actriz Eva Marciel. Con este gesto, Morgade pretendía
abrazar la diversidad, reforzar la autoestima femenina y celebrar que no sólo
los ángeles de Victoria's Secret son el prototipo ideal. Un mensaje poderoso (y
viral) que fagocita la norma. Al fin y al cabo, ¿qué es normal hoy?
En el escenario, la humorista vistió un esmoquin negro de lentejuelas, pero para pasear por la alfombra roja se puso un portatrajes, es decir, la funda en la que se colocan las prendas para llevarlas de un sitio a otro. «My alfombra verde today. Sí, es un portatrajes», arrancaba a escribir este domingo en su perfil de Instagram, donde tiene más de 610.000 seguidores. «Durante días sufrí pensando qué llevar a la alfombra de Seminci, porque siempre me sucede lo mismo: en los 'showrooms' casi nunca puedo ponerme lo que me gusta, tengo que ponerme lo que me abrocha. No tengo un cuerpo de talla estándar, por supuesto no soy modelo, y no me es nada fácil encontrar un vestido que no me haga sentir terriblemente mal hecha», relataba en un alegato sincero sobre las dificultades de dar con un diseño a la medida de su cuerpo y personalidad.
Por eso, explica que «dándole vueltas de madrugada, rumiando qué lucir», fue cuando se le ocurrió la idea. «Esta vez, pensé: si es que me queda mejor la bolsa que el traje… Y voilà». Se plantó con un portatrajes al que le hizo un agujero por el que meter la cabeza y al que dejó el asa colgando por abajo. «Aquí me tienen, señoras», remataba. Varios rostros conocidos comentaron su publicación para felicitarle por su elección estilística. «Aplausos hasta el infinito», le escribió Tania Llasera. «¡Qué grande!», opinó Carme Chaparro. Y la cantante Rosa López enseguida empatizó con ella: «Te aseguro que te entiendo».
