Marta Sánchez dijo un día que ella había nacido para ser rubia.
Cada una, lo que es. ¿O no?
Y la peluquería hace su trabajo. A mí no me ve mucho, la verdad: 4 veces al año. Ni más, ni menos. Y si me tengo que peinar por alguna ocasión especial, pero no más. Prefiero dedicar tiempo a otras cosas y mientras las canas me lo permitan, o mejor dicho, la ausencia de canas, pues así seguiré.
Cuando me acosen las canas ya daré más negocio a la peluquería. No tengo intención de parecer la presidenta del FMI. Pero de momento, mujer libre de canas y de presbicia.