martes, 26 de octubre de 2021

¿Qué es ser libre?

 En esta etiqueta se recogen los artículos publicados desde 2009 hasta 2016, fecha de inicio de este blog en el que comencé a ubicar mis artículos periodísticos en la web. Los previos nacieron precisamente el 19 de diciembre de 2009, fecha feliz de inicio de mi colaboración con EL COMERCIO, decano de la prensa asturiana. Sin lugar a dudas, una de las mejores decisiones de mi vida. 

Este artículo fue publicado en Tribuna 

de EL COMERCIO el sábado 01/10/2016


“La libertad es el derecho a decirle

a los demás lo que no quieren oír”.

George Orwell

Ser libre y vivir como tal no es fácil. Es una forma de ser y de estar en el mundo y, para mí, la única posible. Y no lo digo sólo por ser una economista liberal y, sin complejos por tal cosa, sino porque libremente he elegido ser así. Las etiquetas no me gustan en exceso pero, profesionalmente, no he encontrado fruto del estudio y de mi propio trabajo un sistema que defina mejor lo que para mí funciona en economía. No me posicionaría como tal si pensase que es algo inservible o negativo para la sociedad; es, precisamente, por lo contrario. Y ese mismo pensamiento liberal que he visto y comprobado empíricamente que funciona en el marco económico es el que libremente he trasladado a mi vida. Todos tenemos ataduras y normas con las que vivir, pero no son malas si entendemos que son sanas y mejoran nuestra vida y, por supuesto, si están libremente elegidas. Hoy día, por ejemplo, hay mucha gente que decide ser “single”, vivir solos, precisamente por eso, para sentirse libres. Lo comprendo y lo respeto pero no lo quisiera para mí, sobre todo, después de haberlo elegido durante unos años en mi vida. Basta probar algo para saber si a uno le va, o no.




Sin embargo, de todas las libertades que uno se puede tomar en la vida, mi favorita es la libertad de pensamiento. Igual que para algunos el amarradero de una alianza matrimonial resultaría más pesado que un quintal, para mí, la atadura, por ejemplo, de una disciplina de partido me resultaría muy difícil de llevar, porque no hay lugar donde me sienta más libre que en mi pensamiento. Poder expresarlo libremente, cosa que no siempre es fácil, es para mí la mejor forma de ser yo misma. Nunca se puede decir de esta agua no beberé pero, sinceramente, veo muy difícil que pudiera sentirme cómoda en una disciplina mental de partido político. Y es precisamente esa falta de libertad la que, en ocasiones, trae muchos problemas y no sólo a quien no puede ejercerla, sino a mucha más gente. ¿Acaso no somos ahora todos los españoles rehenes de una situación provocada porque un montón de diputados socialdemócratas, que gustosamente se abstendrían para dejar gobernar a quien ha ganado las elecciones, no lo pueden hacer porque quedarían con ello retratados y obligados a asumir las negativas consecuencias que comportaría para ellos? Ninguno de esos diputados socialistas le puede decir a su “amado” líder, Pedro Sánchez, lo que no quiere oír. No ejercen, por tanto, la libertad que define el señor Orwell. Esa situación es algo contra-natura en un liberal porque se siente un rehén, porque pierde algo que es suyo: su propio pensamiento. La seguridad jurídica y el respeto de los derechos de propiedad son pilares fundamentales de los sistemas económicos desarrollados. Y respetar y defender lo que cada uno considera suyo es primordial en una ideología como esta. Ser libre es luchar por lo que uno cree que es suyo porque el hombre – y la mujer – que pierde lo que es suyo, amable lector, pierde su libertad.