En esta etiqueta se recogen los artículos publicados desde 2009 hasta 2016, fecha de inicio de este blog en el que comencé a ubicar mis artículos periodísticos en la web. Los previos nacieron precisamente el 19 de diciembre de 2009, fecha feliz de inicio de mi colaboración con EL COMERCIO, decano de la prensa asturiana. Sin lugar a dudas, una de las mejores decisiones de mi vida.
Este artículo fue publicado en Tribuna
de EL COMERCIO el sábado 01/10/2016
“La libertad es el
derecho a decirle
a los demás lo que
no quieren oír”.
George Orwell
Ser libre y vivir como tal no es
fácil. Es una forma de ser y de estar en el mundo y, para mí, la única posible.
Y no lo digo sólo por ser una economista liberal y, sin complejos por tal cosa,
sino porque libremente he elegido ser así. Las etiquetas no me gustan en exceso
pero, profesionalmente, no he encontrado fruto del estudio y de mi propio
trabajo un sistema que defina mejor lo que para mí funciona en economía. No me
posicionaría como tal si pensase que es algo inservible o negativo para la
sociedad; es, precisamente, por lo contrario. Y ese mismo pensamiento liberal
que he visto y comprobado empíricamente que funciona en el marco económico es
el que libremente he trasladado a mi vida. Todos tenemos ataduras y normas con
las que vivir, pero no son malas si entendemos que son sanas y mejoran nuestra
vida y, por supuesto, si están libremente elegidas. Hoy día, por ejemplo, hay
mucha gente que decide ser “single”, vivir solos, precisamente por eso, para
sentirse libres. Lo comprendo y lo respeto pero no lo quisiera para mí, sobre
todo, después de haberlo elegido durante unos años en mi vida. Basta probar
algo para saber si a uno le va, o no.
Sin embargo, de todas las
libertades que uno se puede tomar en la vida, mi favorita es la libertad de
pensamiento. Igual que para algunos el amarradero de una alianza matrimonial
resultaría más pesado que un quintal, para mí, la atadura, por ejemplo, de una
disciplina de partido me resultaría muy difícil de llevar, porque no hay lugar
donde me sienta más libre que en mi pensamiento. Poder expresarlo libremente,
cosa que no siempre es fácil, es para mí la mejor forma de ser yo misma. Nunca
se puede decir de esta agua no beberé pero, sinceramente, veo muy difícil que
pudiera sentirme cómoda en una disciplina mental de partido político. Y es
precisamente esa falta de libertad la que, en ocasiones, trae muchos problemas
y no sólo a quien no puede ejercerla, sino a mucha más gente. ¿Acaso no somos
ahora todos los españoles rehenes de una situación provocada porque un montón
de diputados socialdemócratas, que gustosamente se abstendrían para dejar
gobernar a quien ha ganado las elecciones, no lo pueden hacer porque quedarían
con ello retratados y obligados a asumir las negativas consecuencias que
comportaría para ellos? Ninguno de esos diputados socialistas le puede decir a
su “amado” líder, Pedro Sánchez, lo que no quiere oír. No ejercen, por tanto,
la libertad que define el señor Orwell. Esa situación es algo contra-natura en
un liberal porque se siente un rehén, porque pierde algo que es suyo: su propio
pensamiento. La seguridad jurídica y el respeto de los derechos de propiedad
son pilares fundamentales de los sistemas económicos desarrollados. Y respetar
y defender lo que cada uno considera suyo es primordial en una ideología como
esta. Ser libre es luchar por lo que uno cree que es suyo porque el hombre – y
la mujer – que pierde lo que es suyo, amable lector, pierde su libertad.