sábado, 22 de mayo de 2021

Velada pianística

 Extraordinaria velada pianística ayer tarde en el Teatro Jovellanos. Buena pianista y amiga. 

Bellísima con un mono rojo, que la hacía aún más alta y delgada de lo que es. 

Mi pequeña cellista disfrutó de lo lindo. 



El peor Miura...







Piano en espacios abiertos

Penélope Aboli y Patrín García-Barredo presentan para la Filarmónica de Gijón 'Al aire libre', un delicado recital



Penélope Aboli y Patrín García-Barredo, en el Jovellanos. / PALOMA UCHA
RAMÓN AVELLOGIJÓN.

'Al aire libre', título del concierto que ayer interpretaron en el Teatro Jovellanos Penélope Aboli y Patrín García-Barredo, es una expresión con diferentes acepciones. Una muy concreta, es el título de una suite de Bela Bartok de la que ayer escuchamos un movimiento, 'Música nocturna'. Pero en un sentido más general, 'al aire libre' es una sugerencia de libertad y de espacios abiertos, y también, después de estos meses extraños de confinamiento, un deseo de viajar, salir y reencontrarse con un mundo variado y dispar. A este 'aire libre' nos llevaron ayer las pianistas Penélope Aboli y Patrín García Barredo, en un concierto presentado por David Roldán y en el que se combinaron mundos y estéticas diferentes.

George Crumb, nacido en 1921, es un compositor estadounidense fascinado por los efectos sonoros y los timbres insólitos. Las huellas del atonalismo de Anton Weber, y el sentido reflexivo de Bartok se reflejan en una música abierta y libre, recogida en un título muy bartokiano: 'Macrocosmos'. De esta obra escuchamos cuatro piezas, las más sugerentes, 'Imagen del sueño', en el que sobre un motivo muy breve se superponía una cita de un nocturno de Chopin, y 'El círculo mágico', un vibrante movimiento perpetuo.

Frente a las sonoridades ásperas de Ground, el contrapunto del piano romántico de Schumann con 'Escenas del bosque', para piano solo, interpretado por Penélope, y las 'Imágenes de Oriente', 'improntus' para piano a cuatro manos. Versiones muy delicadas y poéticas. El concierto siguió con un joven Ligeti, alejado de las vanguardias, con sus 'Cinco piezas para piano a cuatro manos'. La última, una danza folclórica muy pegadiza. Bartok fue otro de los puntales del recital con dos obras, 'La Cornamusa', sugerencia espacial de gaita, y 'Al aire libre', que dio el título a todo el recital. Terminó el programa con un Debussy intimista y sugerente. Tras los aplausos interpretaron la versión original de piano a cuatro manos de la 'Danza húngara No. 1' de Brahms.