lunes, 17 de mayo de 2021

De izquierdas y de derechas

 Escrito y bien razonado por un señor, excelente articulista de EL COMERCIO que, casi con toda seguridad, es de izquierdas. Por eso ve el problema, como lo vemos todos, a poco que se analice. 

Buena reflexión. 

Qué nos ha pasado

Últimamente la izquierda se apunta a todos los bombardeos de esas minorías tan escuetas como aguerridas y movilizadas, al fin y al cabo son las gentes que hablan alto, sancionan, clasifican y homologan, condenan o absuelven, mientras todos los demás callamos




Cosme Cuenca
COSME CUENCA

Creo que es deber de todo buen ciudadano tratar de ayudar a la izquierda madrileña y, en general, a la izquierda española a entender qué ha pasado en Madrid para que ganaran los malos y por goleada. Yo no tengo ni idea, mis negros 'de fondo' tienen el nivel de lo que cobran, mis negros 'de forma' no valen para esto y solo me quedan mis consultores Puchades y Porrúa que empiezan a estar mayores.

Dice uno de ellos que, ideología aparte, el candidato que presentes y, más que el programa que nadie conoce, la campaña que difundas, el estilo, la coherencia, la impronta, esas cosas, algo también cuentan y que esto no ayudó al PSOE precisamente y hasta el propio Iglesias hubo de admitir que suscita más rechazo que simpatía, quien lo diría si en su entorno ya no queda nadie que le mire mal.

Pero puede haber más cosas de fondo, dice el otro, además de la coyuntura específica de la ocasión. Últimamente la izquierda se apunta a todos los bombardeos de esas minorías tan escuetas como aguerridas y movilizadas, al fin y al cabo son las gentes que hablan alto, sancionan, clasifican y homologan, condenan o absuelven, mientras todos los demás callamos. Todas esas buenas gentes que a fuerza de empezar teniendo razón en lo suyo creen haberla acaparado toda y para todo: hiperfeministas, hiperecologistas, polisexualistas, animalistas, inclusivistas de los tontos y las tontas (y ahora también les tontes, que para reivindicar no hay como el asturianu, otra guerra de izquierdas). Oyéndolos a todos, en emisión continua sobre el silencio general, la izquierda puede haber creído que esa era toda la sociedad real y se apuntó a esas batallas y quizás descuidó otras donde penaban los silenciosos, los del empleo en precario, los del sueldo recortado, los hartos del teléfono sanitario o de oír hablar de 'fascismo' sin conocer a ningún fascista propiamente dicho, o, cambiando de registro, los asqueados de los cariños de Sánchez a los descendientes del presunto honorable, u honorable presunto, 'Puyol' y del fino racista Sabino también pueden haber ido con su voto a otra parte. Puede que eso no haya sido todo, ni lo principal, pero puede haber sido una buena parte.

Pero tranquilos. No tiene por qué haber convocatoria general antes de dos años largos y eso en política es una eternidad. Y, además, si vinieran mal dadas los de 'Puyol' y Sabino suman, y seguirán sumando, treinta y cuatro unidades parlamentarias a disposición de quien esté dispuesto a poner los intereses de los suyos, y de su partido, por encima de los de todos.

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De otra cuerda, pero excelente artículo de Rosa Belmonte. ¡Genial!


Ombligos


Rosa Belmonte
ROSA BELMONTE

Procuro olvidarla, dejarla en barbecho, pero Yolanda Fawcett Majors Díaz no para de hacer méritos. Mira que dar importancia a Twitter. Igual que los que anuncian con solemnidad que va a abandonar ese tingladillo. Como si me dices que vas a dejar de beber Coca-Cola. Y a mí qué me importa. Ahora resulta que Twitter es cosa de hombres, como Soberano. Como la Coca-Cola Zero frente a la Light. «Las redes sociales y, sobre todo, Twitter, están pendientes de los grandes titulares. Casi es como muy masculino, están pendientes del ombligo. Y yo vuelvo a decir lo que he dicho muchas veces, que nosotros tenemos que preocuparnos y ocuparnos de la vida cotidiana porque es muy feminista». O sea, que sólo los hombres se miran el ombligo (echa un vistazo a la mamarracha de Marina Abramovic) y son las mujeres las que se ocupan de la vida cotidiana. Por eso cuando voy a comprar fruta tengo que esperar a que tíos pesadísimos estén dando por saco al frutero con la madurez del aguacate. Ojalá esos tíos no fueran a hacer la compra y estuvieran en su casa haciendo cosas de hombres.

Pero mi parte favorita de sus palabras al grupo parlamentario de UP como nueva sacerdotisa (el blanco ayuda) es atreverse a decir: «Ya hay demasiada ansiedad y ruido. Y nosotros no somos gente de ruido». ¿Se refiere a la izquierda o a ella misma por su voz relamida utilizando el nosotros como plural mayestático? Incluso suponiéndole las mejores intenciones porque crea que el comunismo es bueno, porque crea de verdad (esto es de una intervención anterior) que este Gobierno ha hecho «un pacto con la esperanza» (anda, y con Bildu), lo que dice es falso. ¿Cómo que no son gente de ruido? También un continuo sketch de Pantomema Full.