lunes, 24 de mayo de 2021

Pasa en las ciudades y es terrible

 La soledad de las ciudades. Eso pasa. E ignorar al vecino. 

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Hallan tras dos meses muertas a una madre y a su hija en su piso de Gijón

María Elsa Candás Montoto, de 70 años, estaba impedida y era cuidada por su hija, Vanessa Fernández, con una enfermedad mental



OLAYA SUÁREZGIJÓN.

Los cadáveres yacían en habitaciones separadas, en avanzado estado de descomposición. Llevaban muertas unos dos meses. Los cuerpos sin vida de una mujer de 70 años y su hija de 40 fueron hallados en la tarde de ayer por la Policía Nacional en su piso de la calle Juan Alvargonzález. María Elsa Candás Montoto, viuda, llevaba impedida varios años y dependía por completo de su hija, Vanessa Fernández Candás, que padecía graves trastornos mentales que la habían llevado a ingresar varias veces en la Unidad de Psiquiatría del Hospital de Jove.

La investigación se encuentra aún en fase inicial debido a que el estado de descomposición de los cadáveres no permitió precisar las circunstancias del óbito durante la inspección ocular. Al paso del tiempo se suma que el gato de la familia devoró parte del cadáver de la madre, principalmente en la cara. El animal fue trasladado al albergue municipal por el lacero.

María Elsa Candás Montoto y y Vanessa Fernández Candás no guardaban relación con sus familiares desde hacía mucho tiempo. De hecho, el primer pariente con el que contactaron los servicios funerarios para que se hicieran cargo de los trámites burocráticos rechazó acudir a la vivienda. Sí se trasladaron hasta el lugar un sobrino y otros familiares de segundo grado.

«No se relacionaban prácticamente con nadie», dicen los vecinos del barrio de El Llano

Las dos mujeres vivían en régimen de alquiler en el número 3 de la calle de Juan Alvargonzález desde hacía varias décadas. Su ausencia en las últimas semanas no puso en alerta a los vecinos, ya que «eran personas que no se relacionaban prácticamente con nadie y que pasaban mucho tiempo en casa».

«La hija cuidaba de la madre, que llevaba muchísimos años sin salir a la calle. La joven estaba mal y sabíamos que estaba a tratamiento psiquiátrico, pero nunca pensamos que fueran a acabar de una forma tan penosa», comentaba José Manuel Fernández.

Alertados por un amigo

Los bomberos y la Policía Nacional se personaron en el edificio después de que un amigo de Vanessa les llamase explicando que hacía más de un mes que no podía contactar con ella, ni por teléfono y en las llamadas al timbre. El servicio de Salvamento y Extinción de Incencios accedió con el vehículo auto escalera por la ventana del segundo piso en el que vivían la madre y la hija y facilitaron la entrada por la puerta a los agentes. Comprobaron que las dos mujeres estaban muertas y que en el piso había un gato vivo que había comido parte de los restos mortales.

El cadáver de la madre yacía en el suelo de su habitación, junto a la cama, mientras que el de la hija estaba en otra estancia en la que se hallaron numerosos envases de barbitúricos.

Una de las principales vías de investigación es que la joven se hubiese quitado la vida después de fallecer la madre por causas naturales, si bien será la autopsia la que determine cómo se produjo el fatal desenlace.

Los agentes de la Policía Científica realizaron una inspección ocular en la vivienda, con mucho desorden y con ropa y enseres tirados por el suelo. Poco después de las ocho de la tarde se autorizó el levantamiento de los dos cadáveres, que fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal, en Oviedo, para practicarles la autopsia.

La complicada vida de la madre y la hija, con una relación umbilicada y marcada por la enfermedad física y mental acabó de forma calamitosa. Nadie las echó en falta hasta casi dos meses después de que se produjese la muerte. «La madre siempre había cuidado de la hija, una persona enferma desde joven que nunca tuvo una vida normal. En los últimos años fue la hija la que tuvo que cuidar de su madre, cuando prácticamente no se podía cuidar ni de ella misma», lamentaba una vecina, que prefiere discreción: «Ellas nunca contaban el calvario que pasaban de puertas para dentro», zanja.

El funeral por las dos mujeres se oficiará mañana en la iglesia de Lastres, a las cinco.