lunes, 17 de mayo de 2021

"Brexit" liberador

 Este artículo fue publicado en TRIBUNA DOMINICAL

 de EL COMERCIO el 16/05/2021


https://www.elcomercio.es/opinion/brexit-liberador-20210516013528-ntvo.html

'Brexit' liberador

Esta prueba de fuego para el mundo que es el coronavirus, que nos ha cambiado la vida y ha sometido a examen las capacidades de los gobiernos, es la constatación del saber hacer británico: de su 'know how'


SUSANA ÁLVAREZ OTERO

Con fecha 25-06-2016 publiqué aquí, en el decano de la prensa asturiana, el artículo 'Black Friday'. Aún sufría yo el shock por el resultado de la votación del 'Brexit'. Los británicos partidarios del mismo resultaron vencedores por la mínima: 51,9% de votos a favor de abandonar, frente a un 48,1% que optaron por la permanencia. Lo suficiente para empezar a dinamitar el proyecto europeo si aquello tenía un efecto dominó, cosa que una europeísta como la que suscribe no deseaba ni desea en absoluto. No obstante, ¿tenía sentido para los británicos seguir con el matrimonio europeo, tirándose los trastos a la cabeza, discutiendo un día sí y otro también? Supongo que no. La Gran Bretaña creía que con esa decisión salía ganando y por eso la tomó. ¿Divorcio? Pues sin dramas y con todas las consecuencias. Cerraba yo tal artículo indicando que seguiría queriendo a ese gran país que es el Reino Unido y seguiré yendo, en las condiciones que me permitan y usando mi pasaporte. Aquello fue, definitivamente, un 'Black Friday'.


Preciosa ilustración de Daniel Castaño. ¡Agradecida!

Nada ha cambiado para mí desde que lo escribí, hace casi un lustro. ¡Tempus fugit! Tan solo en una cosa me equivoqué: no creía que iba a tener ocasión de comprobar tan pronto los beneficiosos resultados del 'Brexit' para los británicos. Como me alimento bien, hago ejercicio moderado y las mujeres de mi familia son muy longevas y aparentan menos edad de la biológica, creía yo que la vida me iba a dar tiempo de comprobar los resultados para ellos, los británicos, y para nosotros, resto de europeos. No me ha hecho falta envejecer mucho. Esta prueba de fuego para el mundo que es el coronavirus, que nos ha cambiado la vida y ha sometido a examen las capacidades de los gobiernos, es la constatación del saber hacer británico: de su 'know how'. Ya lo he conocido estudiando Finanzas y Econometría en la London School of Economics, colaborando con la Queen Mary University of London o investigando en la Universidad de Cambridge. ¿Cuál es la clave de su éxito?

Creo que es una mezcla de mente pragmática, organización y confianza en sí mismos. De su noción de país, de su orgullo nacional, del respeto que sienten por ellos mismos. No barzonean: van derechos a lo que quieren. Todo eso que, en su momento, les llevó a dar los pasos acertados en la segunda guerra mundial, y aquello fue un órdago a la grande que les salió bien. Lo han vuelto a hacer: tomaron esa decisión y les está saliendo bien. No voy a entrar en su manera de lograr las cosas y desconozco hasta qué punto han jugado sucio con el tema de las vacunas -también sus piratas atacaban los barcos españoles cargados de oro-. El fin justifica los medios para ellos y su fin siempre ha sido ser y hacerse cada día más grandes, trasladar a hechos y resultados lo que tienen en su mente (no son ensimismados, ni se quedan en el terreno de las ideas). Siempre quieren hacerse más poderosos a nivel mundial, siguiendo su propio camino. Justo lo contrario que los españoles. En un artículo reciente, Arturo Pérez-Reverte afirmaba que lo que lleva vivido le permite afirmar que «España es un país que no se respeta a sí mismo». Y en muchas cuestiones, en relación con Gran Bretaña, tiene toda la razón. Por otro lado, para nosotros los españoles seguir perteneciendo a la UE es lo mejor que nos puede pasar por la prosperidad que ha traído para nuestro país y porque solos no lo conseguiríamos. Con todo y con eso, hemos desaprovechado muchos de los fondos que nos han llegado desde la UE y cabe pensar lo mismo, si no se le pone remedio, de los que están por venir en esta pandemia, al margen de la corrupción política que puede llevar, nuevamente, a hacer un uso inadecuado de los mismos y alimentar comportamientos oportunistas y corruptos. Esto también fue argumento a favor del 'Brexit'.

Enrique VIII inventó el divorcio porque era lo mejor para él, y también divorció la iglesia, erigiéndose en cabeza del anglicanismo y forjando la idea de una nación libre e independiente del resto. De Roma, entonces. Y todo nació de una decisión amorosa. O de falta de amor. Por el contrario, Carlos V amó hasta el último de sus días a su adorada Isabel de Portugal -incluso viudo y con gota, la añoraba-. Quedó prendado en la distancia cuando le enviaron un retrato suyo, como si ahora hubiese visto una foto de Isabel en Instagram, y el flechazo fue de por vida, desde lo que generó en su mente la belleza de Isabel, hasta lo que luego vivió con ella. Pero a Enrique VIII las cosas no le salieron igual. Y aplicó aquello de «busco equivocarme cada vez que deseo, si logro así saber lo que quiero tener» (John Donne). Y enseñó a su país, y a los que le siguieron, a ser así. También lo han demostrado con su reacción a la Superliga.

Me sigue doliendo el divorcio del 'Brexit', que para los ingleses ha sido liberador porque la UE no era su camino. Su felicidad en los pubs es la prueba de su acierto. Y los que aún lo amamos, a pesar de que los papeles digan que ya no estamos casados, no podemos pensar ni desear otra cosa que: 'Be Happy, my dear UK!'





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DOMINGO 16.05.2021