jueves, 5 de noviembre de 2020

Fidelidad y Amor

 Me paso la vida laboral, además de dando clase, relacionando variables que tengan un vinculación lógica entre sí, de la que se pueda extraer una conclusión económica y financiera también lógica y, por supuesto, veraz y demostrable empíricamente. 

Hoy estoy aquí. También. No se ha decretado confinamiento casero. Me pagan por dar clase y por hacer algo más. Hay muy pocos coches en el aparcamiento. Poquísimos. Se cuentan con los dedos de la mano, y sobra alguno. No hay alumnos, luego no hay nada que hacer aquí. ¡Ya, ya.....! 

Mi Mercedes tampoco está en el parking. Lo he dejado a primera hora en el taller. La batería todavía tira pero he decidido cambiarla. Así pagas al taller, te ahorras un susto, el que vende baterías también cobra, y el taxi que me trajo hasta aquí, hasta este magno edificio también cobró. 

Todos dependemos de todos. Seguir cobrando no es excusa. Es sueldo fijo. Sí, ¿y qué? Y además ha subido por quinquenios, complementos autonómicos...Relax nena, relax. 

Siento una profunda decepción pero, a la vez, hay días que ves las cosas un poco más claras. 

La justicia es importante y no valorar las cosas no es justo. Pero la realidad, para la mayoría de las personas es la que es. Si lo puedo hacer, ¿por qué no hacerlo?

Sigues vinculando variables y te das cuenta, de que muchas de las cosas escritas y que has leído son chorradas y mentiras. Y llegas a tu propia conclusión. 

La fidelidad y el amor son dos variables estrechamente vinculadas. No puedes ser infiel a alguien del que estás enamorada. Sencillamente, no puedes. 

Supongo que soy "idiota", por seguir trabajando aunque cobre mi nómina completa si no lo hago totalmente. 

Pero cada uno, y cada una, es como es. 

Y además, me gusta ser así. Elegiría ser así, de todas formas. Si pudiera elegir lo haría. Pero es que no puedo. Es que soy así.