jueves, 12 de diciembre de 2019

Sobredosis de Marta Sanz

Este verano, de vacaciones en Barcelona, me dí una sobredosis de libros de Marta Sanz. Con Marta me pasa lo mismo que con Berna Glez, pero al revés. 
Considero que Marta Sanz es una BUENA escritora metida a periodista y que Berna es una BUENA periodista metida a escritora. 
Y con las dos me pasa exactamente lo mismo: que antes de leer un texto de opinión de cualquiera de ellas, de alguna manera, ya sé lo que voy a leer y eso no me convence, porque su visión del mundo solo tiene una perspectiva política, una perspectiva de género y un color: el malva. 
El mismo que le puso a la portada de su ensayo. 
Y la realidad tiene muchos colores y muchos enfoques. Creo que hay que mirar con más objetividad, superando los propios sesgos y más a vista de pájaro. Máxime si se escribe en EL PAÍS, que al margen de orientación política, es el mejor periódico de este país ¿o no?
Empezando por lo que menos me gustó. Esto: 


Me lo temía cuando lo compré y lo confirmé cuando lo leí. Como insistir en ideas como la brecha salarial (página 23) sin querer hacer referencia a lo que económicamente y jurídicamente tiene un sentido que es discriminación salarial, que sería pagar menos por el mismo trabajo, la misma formación y la misma categoría. Y eso lo han mutado y pervertido a BRECHA para comparar lo que no es comparable: solo entre hombres y mujeres sin tener en cuenta oficio y formación y eso, señoras, eso no puede ser. Una mentira mil veces repetida no se convierte en una verdad. Y si les pagan menos por el mismísimo trabajo ¿a qué esperan para ir a Magistratura de Trabajo? A mí no me ha pasado, pero si me sucediera, ni medio minuto tardaría yo en denunciar. 

Por lo demás, es un ensayo bien escrito, con numerosas referencias y bien estructurado como corresponde a alguien que tiene una formación doctoral y es que en eso, precisamente, se basa el doctorado: en leer mucho, asimilar mucho, saber explicarlo y aportar algo nuevo. No me sumo al carro de las monstruas y centauras pero a seguir leyendo novelas de Marta, por supuesto que sí. Es una buena escritora que se toma en serio su oficio. 

La colección de relatos de RETABLO, absolutamente recomendable. Me encantó. Ella también es encantadora y muy dulce y agradable en persona.