Aún no he leído ni comprado la novela de
Lorenzo Silva y Noemí Trujillo. He estado escuchando esta entrevista y la
verdad que está interesante. La novela está basada en un suceso dramático: la
descuartización de una prostituta. Muy
triste lo que se plantea. Lo que me alarma del debate de la entrevista es su
planteamiento en relación a la prostitución. Me parece fundamental respetar la libertad individual y las decisiones libres de dos adultos. Del que contrata el servicio y del que voluntariamente y sin presión ninguna está dispuesto a vivir de ello. Que los hay y las hay.
La prostitución es el oficio más antiguo del
mundo. Hablan de esclavitud actual, pero es más viejo que el catarro. Como bien dicen, hay más prostíbulos que hospitales, y es porque hay demanda. Pero me parece que
intentar prohibirla o penalizarla de esa forma es como poner puertas al campo.
Al margen de que también hay prostitución masculina, ¿verdad?
Me parece un posicionamiento hipócrita
pensar que se puede eliminar. La única vía razonable es la legalización. No escribiré
ningún artículo en prensa sobre esto. No me apetece, no me conviene, pero lo
tengo meridianamente claro.
Como economista, además, la cantidad de
ingresos que irían al Estado y que podrían mejorar la situación sanitaria
tampoco es desdeñable.
Ahora bien, la trata de blancas es otra cosa no.
¿De verdad Lorenzo Silva no entiende que haya hombres dispuestos a pagar por estar con mujeres así (es un ejemplo; ella es actriz) ? ¿De verdad no lo entiende? La única alternativa es la legalización y la transparencia. Y todo lo demás, es pura hipocresía que nos lleva a esta pésima situación de alegalidad que tenemos en nuestro país.
