viernes, 21 de junio de 2019

Mis 49 en familia

Este recuerdo no me lo traje de La Coruña sino de Santiago de Compostela hace unos meses. Y supongo que es cierto. Que el éxito es conseguir lo que se desea y la felicidad se logra disfrutando de lo que se tiene y dando gracias por ello. Lo tengo en mi despacho. Supongo que es obligado que nos sintamos felices las personas que pensamos que la vida nos ha dado mucho, independientemente de que logremos o no todo lo que hemos deseado. Tal vez no se pueda tener todo en esta vida, pero tengo mucho. Y estoy por ello agradecida a mi respetable edad. 


Mis niños, sentados en la jardinera de nuestro olivo centenario. Más rubios de peques pero igual de bellos e inteligentes. 




Me encanta esta foto. La tengo en un marco del salón y la he puesto en el marco de diseño de este, mi blog. 


Lo de los selfies no es lo mío, sin duda, pero si mis hijos me lo piden el día de mi cumple y no tienen teléfono, ni me lo plantean, pues a ello. 






Estos niños, cómo manejan la cámara del móvil...

"Estás mejor que muchas de 20 y mejor sin maquillaje. No lo necesitas y pareces más joven a cara lavada". 

Y lo peor de todo no es que lo diga. Es que se lo cree. Vaya si se lo cree. 
Pues bueno. Pues vale. Pues un año más y me siguen viendo estupenda. Cómo me podría quejar yo con todo lo que tengo en la vida y todo lo que he logrado. Sin queja. Quejarse no sirve nada y es de pesados. Y pesadas. 




Celebrando cumple en Los Nogales, de los mejores restaurantes de Gijón para quien le guste el pescado y el marisco. Me tomé un pixín con almejas que estaba de miedo. El pixín es rape en español. Pixín, el mote asturianu de por aquí. 





La verdad es que miro las fotos y creo que cargué demasiado las tintas con el maquillaje. Con los años, menos es más, me temo. 






Vaya trenza más elaborada para el cumple de mami. Mogollón, mogollón de pelo....