martes, 25 de junio de 2019

Deseos en La Coruña

La gente pedía un deseo y dejaba una moneda enganchada en la piedras de las paredes del hotel. Hice lo propio y pedí un deseo. No para mí, sino para mi primogénito. Y se cumplió. Con creces. Los días que estuve fuera tuvo el examen de acceso al Grado Profesional de Piano y lo superó con Sobresaliente. Nota: 10, la más alta en los tribunales de acceso al grado profesional del Conservatorio de Música y Danza de Gijón. O sea que funcionó. Más que el deseo con la moneda, el talento y el trabajo de mi hijo. Eso fue lo que funcionó.