Este fin de semana pasado, añoré mucho a mi hija. Cosa tonta, cuando ella hacía algo tan bueno como disfrutar con sus amigas de la nieve. Me envió fotos, vídeos, todo el rato, de un fin de semana largo y espléndido de sol y nieve. ¡Qué ganas de estar allí con ella! Qué pinto yo si está con sus amigas. Ganas de esquiar, que me encanta y que tengo prohibido por prescripción facultativa desde hace muchos años aunque, sí, Señor, he pecado. Me he vuelto a poner las tablas varias veces y es glorioso porque no se olvida. Enseguida vuelve. Ya podía ser lo mismo el piano. Y yo en casa, peli y chimenea.
Viene esto a cuento porque le preguntaban en una entrevista a Nadia Calviño hace unos días si volvería a ser ministra si ganase nuevamente el PSOE las elecciones. Ella dijo que solo pensaba en el próximo sábado en que quizás, quizás, pudiera comer con sus hijos. Se me heló la sangre al oírlo. Era de imaginar pero me sorprendió que su vida fuese así.
Hay distintas formas de ser padre y madre. No estar presente en la vida de tus hijos, delegar, tener un niñero en casa o sencillamente subcontratación eso no es ser una verdadera madre. Es haber parido hijos, si no los sacaron por cesárea, pero no es ser una buena madre.
Ser madre, ejercer como tal, es estar ahí. Para dar el pecho, que doy fe que robustece la salud de los hijos, y para estar en sus cosas de cada día, casi, casi, en sus deberes, en sus necesidades adolescentes, que son incluso mayores que poner tu pezón en su boca y darle amor por vía láctea.
No me gustaría ser ese tipo de madre. De hecho, no lo soy. Ni siquiera por un cargo ministerial.
Aún recuerdo las lágrimas de Michael Douglas por su hijo, reprochándose en una entrevista, no haber estado más presente en la vida de su hijo. Las ausencias traen consecuencias, ya sean paternales o maternales.
Y si lo que más les importa son sus cargos y carreras, lo cual es muy legítimo, o prácticamente el eje sobre el que pivota sus vidas es ese, lo lógico es no traer hijos a este mundo, si no se va a cuidarlos o se va a subcontratar a terceros su cuidado. Hacer tal cosa tiene un nombre: EGOÍSMO.
La comunidad científica declara la guerra a la leche
de fórmula para bebés
PELIGRA LA
SALUD MUNDIAL
En 'The Lancet' se advierte que
los sucedáneos industriales se usan más que la leche materna debido a un
marketing engañoso, en contra del beneficio de los niños. En juego, un mercado
de 55.000 millones
La comunidad científica declara la guerra
a la leche de fórmula para bebés, al contrastar dos datos: que sólo la mitad de
los menores de seis meses son alimentados en exclusiva con leche materna, una
cifra que la OMS considera insuficiente para garantizar el desarrollo saludable
de las nuevas generaciones, y que la venta de los sucedáneos industriales
aumentan debido a campañas de márketing que «explotan las emociones de los
padres y manipulan la información científica», según publica un grupo
internacional de investigadores, entre ellos el experto de la OMS Nigel
Rollins, en 'The Lancet'.
Los científicos denuncian que el negocio millonario, que gana cada vez más terreno con ventas anuales de 55.000 millones de euros, atenta contra la salud mundial. «Los bebés tienen más probabilidades de sobrevivir y desarrollar todo su potencial cuando son amamantados», mantienen los autores, provistos de los resultados de numerosos estudios que desgranan a lo largo de los artículos del informe '2023 Series on Breastfeeding'. «La lactancia materna promueve el desarrollo del cerebro, protege a los bebés contra la desnutrición, las enfermedades infecciosas y la muerte, al mismo tiempo que reduce los riesgos de obesidad y enfermedades crónicas en el futuro».