lunes, 5 de septiembre de 2022

Mujeres malas, mandonas y aprovechadas

Como ovetense y aficionada a la poesía, no puedo decir otra cosa que esto es muy triste. Es historia conocida para todos nosotros los carbayones, pero este artículo en EL COMERCIO de este verano lo resume muy bien. Mujeres aprovechadas de los hombres en la historia ha habido muchas. Muchísimas. La dependencia de la mujer también podría llevar a ello, pero los tiempos han cambiado. De ahí, la igualdad indiscutible de la que disfrutamos las mujeres en el siglo XXI, al menos en el primer mundo. 

Será porque en mi casa me educaron en la absoluta emancipación económica de los hombres que no me entra en la cabeza que existan mujeres con este tipo de comportamientos.

¿Eso es amar a un hombre? ¿Eso es respetar la memoria de un poeta de su talla, con todo este follón? Hay algo que esta señora no podrá cambiar nunca, haga lo que haga. Que él era ovetense. Y fue un grandísimo poeta. Lo respetamos y lo admiramos.

Está enfrentada con mi Universidad, con la directora de la Cátedra en la Universidad de Oviedo, está enfrentada con personas destacadas de la literatura de este país, está enfrentada con el Ayuntamiento de Oviedo… ¿Pero quién es ella para prohibir al Ayuntamiento ovetense un premio en nombre de este grandísimo poeta?

Un episodio como el de Cela, más o menos, solo que además había heredero legítimo.

En fin. Todo muy triste.

Dudo que si Ángel González levantase la cabeza, estuviese feliz con lo que está sucediendo. De lo único de lo que se debería hablar es de su obra y su talento. Podría guardarse su afán de protagonismo la señora en cuestión. Además, todo es muy visible en este mundo digital. Lo que llegados a cierta edad podemos hacer cada uno/a, es muy obvio. La aprovechada, ya sea a nivel económico o intelectual, siempre queda retratada y, precisamente, sale poco favorecida en la foto por su actitud para con él. 

https://www.elcomercio.es/culturas/legado-angel-gonzalez-20220814001207-ntvo.html

El legado de Ángel González se queda en América

La viuda del poeta, de cuya muerte se cumplen 15 años en enero, descarta que pueda llegar a Oviedo mientras no haya un cambio en la dirección de la Cátedra universitaria. 

 


En enero del próximo año se cumplirán 15 años de la muerte de Ángel González, el gran poeta ovetense cuyos versos siguen hoy muy vivos, y dentro de dos años, en 2025, se celebrará el centenario de su nacimiento. Se acercan dos fechas redondas que solo sirven para recordar que su legado sigue en Nuevo México (EE UU) y la posibilidad de que pueda llegar a Asturias se torna ya remotísima. Primero fracasó la fundación que presidía la viuda del poeta, Susana Rivera, y que contaba con Luis García Montero, Antonio Masip y Manuel Lombardero como patronos que acabaron dimitiendo, y ahora la que fue su mujer asegura que no será factible que la Cátedra que creó la Univesidad de Oviedo con el nombre del poeta pueda hacerse con algunos de sus manuscritos y primeras ediciones, puesto que tampoco goza ya de su confianza.

Susana Rivera acostumbraba a viajar todos los veranos a Asturias. Incluso después de la muerte de Ángel González se dejaba ver y querer por Oviedo, donde aún conserva amigos que conoció de su mano. Pero desde 2018 no ha retornado. Y ese año, la fecha en el que se celebró un congreso sobre la figura del escritor auspiciado por la Cátedra, parece haber marcado un punto de no retorno. A esa cita acudió como invitado Luis García Montero, director ahora del Instituto Cervantes y amigo durante años del poeta, convertido tiempo después de su muerte en el gran enemigo de Susana Rivera.

Ese enfrentamiento, otros más y una serie de desencuentros respecto a cómo debía funcionar la fundación, provocó que esta, que se llegó a constituir con el nombre del poeta y que contaba incluso con el respaldo del Principado de Asturias, se quedara en vía muerta. Es decir, no tiene ningún tipo de actividad, pero sigue existiendo o al menos no ha desaparecido oficialmente.

Susana Rivera, heredera universal del poeta, es quien tiene el mando sobre el legado de Ángel González y es ella quien conserva en Nuevo México, donde se conocieron y vivieron, los documentos sobre el poeta que podrían tener interés académico y que siempre se ha pretendido que viajen a Asturias para guardarse aquí.

Pero la fundación no parece factible que pueda recuperarse en el futuro y la Universidad de Oviedo parece tener también cerrada la puerta, puesto que Susana Rivera así lo desea. «No ha habido ningún avance para que el legado de Ángel llegue a Asturias, más bien todo lo contrario. Mi última esperanza, que fue la Cátedra, también se ha venido abajo», asegura Rivera, que cuestiona a su directora, Araceli Iravedra. «Haberla autorizado con esa dirección ha sido el error más grande de mi vida», afirma. La relación de Montero con la Cátedra es la razón de su enfado. «Si hubieran mantenido la Cátedra de Ángel limpia podían haber tenido sus cosas. Ahora solo volveré a considerar a Asturias como destinataria de su legado si se reconduce la Cátedra para quedar libre del máximo traidor de Ángel, y si se divulga ampliamente lo que verdaderamente ocurrió con la fundación», afirma la viuda.

No niega que ahora mismo su apuesta es alguna universidad americana. Bien podría ser la de Nuevo México, en la que ambos impartieron clases. «Hay universidades aquí, como la de Texas, que se especializan en coleccionar legados de escritores», señala Susana Rivera a este periódico desde EE UU.

Su malestar con García Montero, y también con Joaquín Sabina, se ha manifestado públicamente en numerosísimas ocasiones sin posibilidad de entendimiento. Pero es que además Rivera incluso no permitió que el Ayuntamiento de Oviedo recuperara un premio de poesía con su nombre por miedo a que el concurso pudiera estar también próximo a las personas que ella considera traidores de Ángel González. «No tengo ni la más mínima duda de que si llegara a existir un premio Ángel González acabará en sus manos», le dijo Rivera a Roberto Sánchez Samos, Rivi, en la carta en la que rechazó la creación del galardón literario.

No hay colaboraciones posibles mientras no se cumplan una serie de condiciones que ella exige y que se antojan bastante complicadas por no decir imposibles. Para empezar, reclama unas disculpas que nadie está por la labor de pedir. Exige, asimismo, una marcha atrás de la fundación para recuperar el dinero aportado y el control sobre un piso en Madrid.

Desde que el 12 de enero de 2008 Ángel González falleciera comenzó un proceso para crear la citada fundación que acabó naufragando de manera estrepitosa y con acusaciones malhumoradas, vehementes y nada elegantes. En 2010 llegaron las dimisiones que todo lo pararon, incluida la llegada a Asturias de la biblioteca del librero y bibliófilo Manuel Lombardero, amigo de Ángel desde la infancia, y que atesoraba sobresalientes ediciones para conocer la poesía española. Y en el mismo estancamiento se acerca el aniversario de su adiós y está también más cerca el 6 de septiembre de 2025, cuando el autor de 'Áspero mundo' soplaría las cien velas. El Premio Princesa de las Letras, el ganador del Reina Sofía de Poesía, el poeta de la generación de los 50, el hombre afable y amable que hilaba palabras metiéndose a fondo en la emoción y la belleza sigue siendo triste protagonista de una nada poética historia literaria.