Todo verano tiene para mí, su comida en Luanco con amigas. La disfruté muchísimo. También la playa, que la encontré bellísima.
Al regresar a Gijón, cuando iba a recoger mi coche, dos chicas caminaban delante de mí. Una estaba tratando de animar a la otra que estaba empecinada en un chico que no la quería. Me tuve que morder la lengua para no intervenir en la conversación y apoyar los argumentos de la que trataba de ayudar. Le habría dicho:
"No te quiere. Quiere a otra. Tal vez nunca te quiso. Pues ya está. Asúmelo. Deséale suerte y con ello, de paso, te la estás deseando a ti misma, porque tu suerte está en otro lugar".
Para mí es algo obvio y necesario. No hay más. Y cuando lo haces y lo logras es una absoluta liberación mental que te deja a gusto contigo misma y con el mundo. En paz. No es fácil pero es absolutamente necesario para tener un futuro feliz y esperanzador.
Mirar el bello azul del cielo de Luanco y llenarse de esperanza. Es todo uno. Y además, de verdad.
¡¡Suerte muchacha. Otro hombre te querrá.
Mejor. Seguro que sí. Ni lo dudes !!
"Donde no puedas amar,
no te demores".
Frida Kahlo