En Tossa de Mar, me encantó hacerme una foto con la estatua de Ava Gadner, el "animal más bello del mundo". En verdad tenía una belleza estratosférica, como de otra galaxia. En ese lugar se rodó una película suya. De ahí la plaza que lleva su nombre, de recuerdo.
Me di un atracón este verano de pelis de Ava. Es curioso que el número de ellas en las que aparece con una copa en la mano es elevado. Demasiada querencia al alcohol, la de esta bella mujer. Su forma de envejecer se vio afectada por ello, sin duda.
Pues aquí estoy sin complejos al lado de Ava. No tengo complejos de ser mujer, ni del tipo de mujer que soy. Los hombres y las mujeres somos diferentes, gracias a Dios porque, en caso contrario, el mundo sería muy aburrido. Aburridas son las reivindicaciones de lo que ya se ha logrado. Progresar es cuestión de estudiar y trabajar, y además, estudiar es gratis para quien quiere. Formo parte del sistema universitario y por ello sé de lo que hablo. Creo que el victimismo injustificado que practican muchas mujeres se debe a sus complejos de ser mujer o a no ser mujeres de manera completa. Es cuestión extraña. Allá ellas.
Que viva la bella Ava Gadner y sus estupendas películas.
