martes, 13 de marzo de 2018

Rainbow

Ayer terminé de comer apurada, como siempre, para salir apurada, como siempre, a mi clase vespertina en otro centro. Y cuando iba a salir de mi despacho miré por la ventana y me encontré esto. Creo que nunca he visto el arco iris tan cerca y por partida doble. Parecía que se pudiera tocar abriendo la ventana. El arco terminaba en el tanatario. Nunca he visto tantos coches fúnebres, con tanta frecuencia, casi diaria, como desde que trabajo aquí. Ya me he acostumbrado. Y un poquito más allá, a corta distancia, el hospital donde parí a mis hijos. La muerte y la vida tan cerca. Breve lapso.

Como breve fue la existencia del bello arco iris. Cuando salí de clase ya no estaba. Efímera la belleza del arco iris, como la de las mujeres....Efímera la vida.