lunes, 24 de octubre de 2022

Elsa y su papá

Ayer mi hija menor cumplió 12 añitos y mi esposo se incorporó hoy a la jornada completa. No fui yo quien le pidió que tomase la reducción de jornada. Fue algo elegido y voluntario por su parte. Ese tipo de decisiones son las que hacen que podamos lograr un mundo igualitario y que las mujeres disfrutemos del progreso profesional. 

Cada día me alegro más de estar en el bando de las mujeres que HACEN igualdad, no de las que hablan, y sermonean y crean discursos huecos o campañas absurdas como los últimos 2 millones de euros gastados por el Ministerio en decirles a los hombres que si tiene que ser así, o "asao". ¡Qué despilfarro de dinero público! 

No. Algunas siempre nos hemos desmarcado de ese discurso vacuo, de esa forma chusca de defender el feminismo. Es curioso cómo se parecen en su forma vulgar de expresarse quienes lo hacen. Tremendo. 

Son formas distintas de ser mujer. Son formas diferentes de estar en el mundo. Hacer igualdad, trabajar y poner la inteligencia y el talento al servicio de ello, o dedicarse a dar berridas, discursos vacuos y vestirse de morado. 

Nuestras elecciones definen nuestro lugar en el mundo. 

Las mujeres que operan a corazón abierto o que hacemos publicaciones académicas no tenemos tiempo que perder en eso. Ya hemos pasado página, señoras. 

Hay que avanzar y cambiar el rollo de discurso que ya está superado. 

Además, algunas, son tan profundamente vulgares y ramplonas en sus razonamientos que no vale la pena dedicarles ni un minuto de tiempo. 



Ánimo cariño, con la jornada completa que la pequeña ya empieza a volar solita...


Y aquí la máxima representante del chuscho-feminismo de rollo vacuo pagado con dinero de todos. Hay más. Muchas más. Alejarse y desmarcarse de eso es lo único que podemos hacer quienes deseamos la igualdad basada en el mérito y la capacidad, y con un poquito de clase, señoras, aunque solo sea un poquito...