lunes, 25 de julio de 2022

ORYZON GENOMYCS: SALUD y DINERO

En esta etiqueta se recogen los artículos publicados desde 2009 hasta 2016, fecha de inicio de este blog en el que comencé a ubicar mis artículos periodísticos en la web. Los previos nacieron precisamente el 19 de diciembre de 2009, fecha de inicio de mi colaboración con EL COMERCIO, decano de la prensa asturiana. 


Este artículo fue publicado en Tribuna 

de EL COMERCIO el 16/12/2015


El lunes 14 se celebraba en Valencia una jornada sobre salidas a bolsa organizada por la Cátedra de Finanzas Internacionales Banco de Santander, a la que fui invitada a participar, junto con representantes de la Bolsa y de una empresa de reciente admisión al MAB (Mercado Alternativo Bursátil). Mientras esto sucedía, todos teníamos en la cabeza que, simultáneamente, debutaba en el parqué la compañía Oryzon Genomics. En este caso, no con una oferta pública inicial de venta de acciones de antiguos accionistas (OPV) o de nuevas acciones (oferta pública de suscripción u OPS), sino por el procedimiento del “listing” o, en cristiano, admisión directa de las acciones sin oferta previa, que es posible siempre que se cumpla el mínimo de distribución de acciones que exige el mercado. De este proceso, llaman la atención dos hechos: el primero, que no exista esa oferta previa – no lo necesitaba – y el segundo, la fuerte subida del precio en el mismo día del debut bursátil. Precisamente en los trabajos presentados ese día, yo documentaba una infravaloración de las salidas a bolsa españolas en el período 1998-2013 del 7,56% que se ha podido reducir gracias al uso recurrente del “book-building”, en cristiano,  elaboración del libro de órdenes, que permite ajustar el precio a la demanda real del mercado en mayor medida que sistemas previos de precio fijo. De hecho, para el período 1985-1997 ese salto es, en media, del 11,63% para todas las salidas a bolsa españolas.


 Evidentemente, el subidón de Oryzon del 35,69% en este primer día (un cierre de 4,60 euros frente a los 3,39 euros con los que empezó a cotizar) pone de manifiesto las buenas expectativas para este valor, que logró el lunes una capitalización de 131 millones de euros. Veremos lo que sucede a partir de ahora, porque lo más importante no es entrar, sino mantenerse y obtener liquidez. De eso se trata al estar presentes en el mercado bursátil. De momento, el compromiso por parte de los fundadores (Carlos Buesa y Tamara Maes) de “lock-up”, en cristiano, mantenimiento de las acciones durante 12 meses, muestra que ellos se la están jugando también en el proceso, lo que transmite confianza al resto de inversores acerca del futuro de la empresa. Seguros estarán del buen futuro que les espera al tener los derechos de la molécula ORY-1001 tras su acuerdo con Roche en 2014. Tanta es la confianza en el crecimiento de su proyecto empresarial, que no tienen pensado quedarse sólo en el mercado español, sino que han abierto una oficina en Boston, desde donde tienen pensado dar a conocer la compañía a inversores especializados y salir a cotizar, en el medio plazo, en el Nasdaq estadounidense. Piensan en grande y trabajan por ello. Admiro profundamente a la gente así. Si el objeto social de esta empresa es el desarrollo de fármacos neurodegenerativos y oncológicos, lo que los inversores están demostrando es que están dispuestos a poner dinero en algo que les puede reportar rendimiento económico a ellos y beneficios a la sociedad en términos de salud que es, amable lector, incluso más importante que el dinero.







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