Hay días y días en la vida. Tener la posibilidad de conocer a alguien que ha sido ídolo en mi infancia y juventud no es algo que suceda todos los días. Después de dar un extraordinario concierto en Santander, vino a impartir clase a destacados alumnos del 27 al 30 de julio. Me enorgullece decir que mi primogénito estaba entre ellos. Una no sabe qué ponerse cuando va a conocer a un artista de semejante nivel. Opté por mi vestido rosa con cuello bordado de perlas.
Es un genio muy humilde y de agradable conversación. Tuve además el honor de llevarle en mi coche desde su hotel al lugar donde se impartió el curso. Menudo copiloto que tuve ese día. Como para que me fallase mi pericia al volante con alguien así.
Que gran cierre de curso para mí.
Si no ha escuchado nunca a Josep Colom, háganse un favor y escúchelo. Un artista pero de los de verdad.