Este artículo fue publicado en TRIBUNA DOMINICAL
de EL COMERCIO el 31/07/2022
https://www.elcomercio.es/opinion/bolsa-termometro-economia-20220731212228-nt.html
La Bolsa, termómetro de la economía
La situación de inflación desbocada no se solucionará
con más subidas de impuestos
La Bolsa está de capa caída. Y la economía
española también. No en vano, la primera es un termómetro de lo que sucede en
la segunda. En el mercado continuo, tan solo una empresa ha comenzado a cotizar
en lo que llevamos de año, hace apenas unos días. Se trata de Opdenergy (véase
mi crónica en EL COMERCIO, sección de economía, de 23/07/2022). Por su parte,
BME Growth, el mercado secundario para pymes ha estado algo más activo. Que las
empresas no quieran cotizar en Bolsa es un problema para esta entidad, obviamente,
pero también para la economía española, porque una empresa cotizada es más
diligente en su comportamiento empresarial. Si están cotizadas y obtienen
fondos a través de la Bolsa, su comportamiento empresarial será más adecuado
porque sus decisiones son más visibles y eso es positivo para ellas y para la
economía nacional. Sin embargo, cuando se buscan alternativas de financiación
que no exigen dicho control, se pueden dar comportamientos oportunistas o
inadecuados. La cotización bursátil influye positivamente en el buen hacer
empresarial. Hay más razones. Elaboré un informe para BME en este sentido
porque la preocupación de este organismo tan importante no es, ni mucho menos,
baladí. Recientemente se ha publicado que la dependencia del crédito bancario
de las grandes empresas cotizadas españolas se reduce a la mitad en una década,
según el último informe del Servicio de Estudios de BME. Las compañías mejoran
su liquidez, su ratio de deuda financiera neta respecto al activo y su ratio de
cobertura de los gastos financieros. En la última década, la financiación
bancaria de las compañías del IBEX 35 ha pasado del 49,6% al 26,3% del total de
su pasivo financiero, mientras que los recursos materializados en títulos de
deuda registrada en los mercados representan ya el 54,9% frente al 39,7% de
hace diez años. Sin embargo, parece que estos argumentos no son suficientes,
porque la cruda realidad es que cada vez salen menos empresas al parqué.
¿Y la economía
española? Tres cuartos de lo mismo. La situación de inflación desbocada no se
solucionará con más subidas de impuestos. Según Martínez Campuzano, portavoz de
la AEB (Asociación Española de Banca), el anuncio de un nuevo impuesto a los
bancos sorprende por su ineficacia y sus efectos indeseados. Estoy totalmente
de acuerdo porque una medida de este tipo puede entorpecer la capacidad de las
entidades de generar capital y acceder a financiación, lo que podría limitar
sus posibilidades de seguir dando financiación a la economía en las mejores
condiciones posibles. Las medidas presentadas por Sánchez son un parche poco
acertado. Desde 2019 ya ha subido los impuestos 24 veces, y con estas otras dos
a los bancos y eléctricas, serán 26. La Bolsa reaccionó a esto, claro: los dos
sectores afectados perdieron 6.000 millones de euros. Eso lo vamos a pagar los
ciudadanos, por mucho que su ministra andaluza, la que es médico y se ocupa de
los impuestos, diga que van a prohibir a los bancos y a las empresas eléctricas
que lo hagan. La práctica empresarial es libre. Por supuesto que lo vamos a
pagar nosotros en forma de más comisiones, o encarecimiento de préstamos. En mi
opinión, es erróneo aplicar una fiscalidad populista para contentar a esa otra
parte del gobierno que es como un grano allá donde la espalda pierde su honesto
nombre. Lo que hay que implementar es una fiscalidad social y la mejor vía en
este momento es bajar los impuestos a las rentas bajas y medias que son las que
más están sufriendo con esta crisis, dado que el porcentaje de su renta que se
lleva la factura del supermercado o de la luz es mucho mayor. Pero eso ni se
contempla en este gobierno que ha estado muy entretenido en no sé qué ley de
memoria democrática. ¿Era necesaria? Supongo que sí, para contentar a los
amigos de ETA, esos 'angelitos' a los que tanto les debemos. ¿864 muertos? Pero
si Bildu está contento/a pues todos contentos ¿verdad? Sánchez es inigualable
en encontrar siempre la mejor solución para sí mismo. Y de su gabinete, hay
gente de la que una esperaba algo más. Nadia Calviño, por ejemplo: no da una en
sus previsiones, además de que tenemos unos presupuestos falsos, irreales,
elaborados con una previsión de inflación que no tiene nada que ver con los
dígitos que arrastramos. O sea, pura ficción presupuestaria. Para rematar la
jugada, los asturianos tenemos ración doble de tonterías presidenciales. El
señor Barbón señala que Asturias se postula como «refugio climático» para
revertir la sangría demográfica. La verdad es que no me esperaba yo semejante
confesión de incapacidad personal. En realidad, lo que ha dicho, es que como ni
él, ni su gobierno son capaces de tomar medidas que mejoren la región y eviten
la fuga de nuestros jóvenes pues que lo haga nuestro clima. ¡Insuperable
Barbón! No ha quemado calorías pensando eso. Ha calentado el sillón y cobrado
el sueldín. Nunca creí que podríamos llegar a pagar tanto por tan poco. Y como
cierre le recuerdo la reciente opinión de Escrivá, señalando que una recesión
es «claramente muy improbable». Esto contradice totalmente mi artículo de EL
COMERCIO (17/07/2022) titulado 'Abocados a la recesión'. Sinceramente espero
que esta pequeña economista esté totalmente equivocada. Deseo que el señor
ministro acierte y que el próximo otoño/invierno sea de lo más boyante para
todos. Y, por supuesto, lo digo sin ironía.