Otro artículo de Arturito que me hizo reír. A ver, a ver, que no nos acostumbremos a que nos pase esto, ni mucho menos...
El problema que tuvo Arturito es algo que mi esposo, que mide un metro noventa de estatura
nunca tendrá. Y su primogénito, que también es muy alto y aún le queda un
último estirón, tampoco. Y eso que lo parí yo.
A mí sí que me sucede en los baños públicos, pero no con el artilugio que describe Pérez Reverte porque soy mujer, sino con los espejos. Por consiguiente, no me miro en los espejos si me los ponen muy altos. No pasa nada. La auténtica belleza está en el interior de la mujer y, además, de verdad.
Mi sorpresa es lo que, de vez en cuando, aún me sueltan cuando camino sola por la calle. Vivir para ver y para oír, Susanita Otero. Y para oír...A mí me suena a música celestial.
https://www.elcomercio.es/xlsemanal/firmas/arturo-perez-reverte/miccionando-que-es-gerundio.html