sábado, 13 de enero de 2018

Mi mejor lectura en 2017

Mi mejor lectura en 2016 fue esta que reseñé por este blog: 


Belle du Seigneur 
http://susanaalvarezotero.blogspot.com.es/search/label/Arte-literatura?updated-max=2017-05-15T06:03:00-07:00&max-results=20&start=28&by-date=false

Por la que me decanto, en este difunto 2017, en realidad es una re-lectura que necesité hacer. La había leído hace años, de adolescente creo recordar, y me gustó. Me apetecía recordar el fondo del libro, más que la forma, porque no se trata de la prosa de uno de los grandes de la literatura rusa, evidentemente. Es un lenguaje sencillo, periodístico, correcto pero sin grandes cosas que reseñar. De hecho, creo que si lo leo una tercera vez, lo haré en alemán, su lengua original, porque no me parece demasiado complicado. 




La traducción al cristiano es "Sin novedad en el frente". Y me parece una obra fundamental. Por si no tiene claro usted, amable lector, la sinrazón de la guerra, de la violencia, de cómo una contienda absurda puede destruir las vidas de las personas que en ella participan y no sólo físicamente, sino también psíquicamente para los que logren sobrevivir, no dude en leerlo. Debería ser lectura obligatoria en Secundaria para que a los jóvenes les quedase claro, de cara a su futuro, que cualquier esfuerzo para evitar la guerra es extraodinariamente productivo y necesario. No tengo claro que el líder norcoreano la haya leído y además estuvo prohibida durante la Alemania nazi. Eso ya lo dice todo del libro. 

Muy recomendable, por su mensaje más que por la prosa de Erich Maria Remarque, que aunque parezca francés, es alemán. 

Le dejo un párrafo lapidario. Uno de tantos que hay en el libro: 

"Mientras ellos seguían escribiendo y discurseando, nosotros veíamos ambulancias y moribundos; mientras ellos proclamaban como sublime el servicio al Estado, nosotros sabíamos ya que el miedo a la muerte es mucho más intenso. Con todo, no fuimos rebeldes, ni desertores, ni cobardes —tenían siempre tan dispuestas estas palabras—; amábamos a nuestra patria tanto como ellos y al llegar el momento de un ataque, nos lanzábamos a él con coraje. Pero ahora distinguíamos. Ahora habíamos aprendido a mirar las cosas cara a cara y nos dábamos cuenta que, en su mundo, nada se sostenía. Nos sentimos solos de pronto, terriblemente solos; y solos también debíamos encontrar la salida"

Sólo eran chicos de apenas 20 años, engañados y que nunca volvieron a ser los mismos. Es muy triste y es muy cierto. Por eso resulta descorazonador que haya sucedido y que pueda volver a suceder.