Si
usted, amable lector, no es de Asturias tal vez no sepa que aquí en Gijón hay
una Tertulia Feminista llamada “Les Comadres”, integrada por un centenar de
mujeres que desde hace 32 años y con motivo de los carnavales entregan dos
galardones: La Comadre de Oro y el “Felpeyu”. La primera la entregan a alguien
– normalmente a una mujer –, que consideran que ha defendido de manera notable
los derechos feministas mientras que el segundo, el antipremio, lo conceden a
quien, de acuerdo con su criterio, durante el año anterior ha despreciado con
sus declaraciones o hechos la condición de la mujer y su dignidad. Repito que
es de acuerdo con su criterio aunque tal vez piensen que representan a las
mujeres en general. Y por si usted no entiende el asturiano le aclaro que
“felpeyu” es un cuero o piel de un animal, usado como alfombra que acaba siendo
un despojo. Es decir, algo así como tratar a alguien de despojo humano. Y eso
es lo que entienden por defender la igualdad. Desde luego, no es mi forma de
verlo y desde diciembre de 2009 opino en este periódico – prueba evidente de
que la voz femenina no sufre ningún tipo de discriminación en este país, al
menos, la mía – y cuando opino sobre igualdad me refiero a un trato igualitario
basado en mérito y capacidad y sin discriminaciones de ningún tipo, ni a favor
ni en contra.
Con
fecha 10 de febrero de 2010 publiqué
en este mismo diario EL COMERCIO un artículo titulado “Comadres extraviadas” en
el que hacía referencia al error cometido por dicha Tertulia al conceder el
premio “Babayu 2010” a Juan Manuel de Prada. Le traduzco que “babayu” en
asturiano quiere decir simplón, idiota o estúpido. Me quedé de piedra dado que
la motivación era absurda. No sé si Juan Manuel se enteró siquiera pero en caso
de haberlo hecho creo que respondió con el silencio: no hay mejor desprecio que
no dar aprecio. En esta convocatoria que nos ocupa de 2018 el “Felpeyu” ha sido
concedido a los abogados de “La Manada”. Uno de los abogados ha protestado en
prensa estos días y con razón. Entre los otros nominados estaban Antonio Adán,
portero del Betis C.F., el periodista Carlos Herrera por “tratamiento vejatorio
hacia las mujeres” y, nada más y nada menos que el escritor Javier Marías, por
sus ideas confusas sobre lo que es el feminismo. Ante todo esto, señoras mías,
¿qué se puede decir? Desde luego, no opinar sobre el veredicto que corresponde
al juez del caso “La Manada”. El resto son opiniones diversas sobre un hecho
denunciado y pendiente de sentencia. Ahora bien, todo lo demás es opinable y
supongo, señoras mías, que al igual que ustedes reparten premios considerándose
en posesión de la verdad absoluta en lo relativo a la defensa de los derechos de
la mujer, entenderán que pueda haber opiniones, incluso de mujeres, que no
coincidan con la suya. Deben saber, señoras mías, que no me siento en absoluto
representada por sus juicios y valoraciones ni por los premios y antipremios
que conceden. Deben saber, señoras mías, que las que tienen una idea confusa, retorcida
y sectaria del feminismo son ustedes. El feminismo en el siglo XXI no puede ser
otra cosa que defender los derechos de la mujer equiparándolos a los del hombre,
en un plano de igualdad y equidad. Deben saber, señoras mías, que tildando de “babayu”
a Juan Manuel de Prada o candidato a “Felpeyu” a Javier Marías, no hacen sino
calificarse a sí mismas; dudo que ninguno de ellos tome en serio nada de lo que
dicen porque lo sensato es ignorarlo. Deben saber, señoras mías, que su forma
de entender el feminismo es vieja, trasnochada y muy sectaria. Luchar en estos
tiempos por la igualdad implica trabajar y poner a prueba el talento y la capacidad
que cada persona tiene, sea hombre o mujer. Y dedicándose a dar premios de ese
tipo a hombres tan brillantes intelectualmente como De Prada o Marías no hacen
sino autocalificarse de “felpeyas”. Y a todo esto, ¿dónde hay que firmar para que la metan a una en una lista donde está Juan Manuel de Prada y Javier Marías?
Deben saber, señoras mías, que con su forma de defender el feminismo está
haciendo mucho el ridículo. La única duda que me queda es durante cuántos años
más van a seguir haciéndolo.
http://www.elcomercio.es/gijon/quiero-felpeyu-escuchen-20180128005753-ntvo.html