lunes, 15 de enero de 2018

Deseos de niño

El pasado viernes, cuando recogí a mis hijos en el cole, mi primogénito me dijo: "Mami, tengo cinco deseos para este fin de semana". Y yo le contesté: "¿Cuáles son cariño? Espero que se te cumplan y te hagan feliz". Me contestó: 

1. Ganar mañana sábado por la tarde a mi rival en el Campeonato de Asturias individual por edades. 
2. Ganar el domingo por la tarde a mi rival en el Campeonato de Asturias individual por edades. Esto es más importante aún, porque el del domingo es un niño del Real Oviedo (para los de fuera de Asturias, la rivalidad inter-city Gijón-Oviedo siempre está presente y da igual que su mamá sea ovetense; el de Gijón, es de Gijón). 
3. Que gane el Sporting de Gijón. 
4. Que pierda el Real Madrid. 
5. Que gane el BarÇa. 



Pues se han cumplido todos. Y hoy tenía un niño muy feliz, nada de Blue Monday (otra tontería mayúscula), que se iba encantado de la vida al colegio, a hacer su examen de Lengua. 
Le pregunté, una vez más, si había sido feliz el fin de semana. Me contestó: "Por supuesto mamá. Me lo pasé genial". 
Lo cierto es que aunque ya lleva compitiendo varios años, no termino de acostumbrarme a que cuando llega después de pasarse tres horas sentado en un silla, rompiéndose la cabeza, un sábado o un domingo por la tarde, me diga: "me lo pasé genial". ¡Un niño de 10 años!. Eso después de haber tocado el piano por la mañana (es lo primero que hace; el piano necesita cabeza bien fresca, ya se lo deja claro su madre) y sesiones de deporte después, claro está. "Mens sana in corpore sano". 

Creo que dedicó 15 minutos a preparar su examen de lengua. Si no fuera así con lo de colegio, no podría hacer todo lo que hace. 
En fin. 
Como decía el torero: "En este mundo, hay gente pa tó".