Lo vivido este pasado lunes en el Teatro de la Laboral es lo que se merece un buen músico, un buen docente y una buena persona.
Maravilla de despedida y homenaje. Allí estuve en calidad de Presidenta de la Asociación de Padres del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón. Todo un honor y un privilegio. Crecí en un Conservatorio, el de Oviedo y sigo vinculada a otro Conservatorio, el de Gijón. En el momento en que te inoculan esa maravillosa droga, ya en la infancia, es difícil, diría yo imposible, renunciar a ella. Es de la buenas.
Dos gigantes del piano, juntos y sonrientes. Y yo feliz de poder fotografiarlos. Honor total.
Unas palabras previas a la interpretación, dedicadas al que fuera su alumno.