sábado, 6 de mayo de 2023

Asturias por Europa

En esta etiqueta se recogen los artículos publicados desde 2009 hasta 2016, fecha de inicio de este blog en el que comencé a ubicar mis artículos periodísticos en la web. Los previos nacieron precisamente el 19 de diciembre de 2009, día de inicio de mi colaboración con EL COMERCIO, decano de la prensa asturiana. 


 Este artículo fue publicado en 

TRIBUNA de EL COMERCIO el 09/07/2015

Decía mi abuela paterna: “Después de vieya, gaitera”. Esa es la sensación que tengo cuando a mis 45 años recién cumplidos encuentro, por casualidad y sin quererlo, un colectivo al que quiero pertenecer. Los pianistas somos gente solitaria y ya de adolescente tenía la sensación de no encajar en ninguna parte, de que nada me convencía por completo y también, de que era capaz de entender, desde la distancia, las distintas posturas. Tampoco he militado nunca en un partido político. Había asumido, pues, que nunca me engancharían en ningún movimiento o asociación. Hasta que un buen día, el pasado 9 de mayo, en el que se celebraba el Acto del Día de Europa en el Patio del Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón, al que fui invitada, mi suerte cambió. Fue ver alzarse la bandera europea, de color azul –de siempre mi favorito–, escuchando la interpretación del canon de Pachelbel, tras un acto en el que participaron Salvador Garriga Polledo, Antonio Masip Hidalgo y Francisco Sosa Wagner, y recibir la invitación del siempre entusiasta Vicente Álvarez Areces y decir: “Ahora sí”. Decidí adherirme al prácticamente recién nacido “Movimiento Europeo en Asturias” porque, desde siempre, he sido una europeísta convencida. He ejercido de europea, hablo varios de sus idiomas y me siento tan a gusto en Londres, como en Nordhausen, como en Roma o en Lyon. Y me agrada moverme libremente por su territorio sintiendo que todo ello es mi país, sin por ello dejar de ser española y, por supuesto, asturiana de la cabeza a los pies.


En un momento tan duro como el que estamos viviendo estos días, tras el resultado del referéndum en Grecia del pasado domingo que le ha asestado un duro golpe a la Unión Europea, no cabe otra alternativa que seguir luchando por la construcción del sueño europeo. Qué duda cabe que algunas cosas nos han decepcionado, que el fracaso en el logro de una constitución europea fue un varapalo. No es menos cierto que la unión monetaria debe mejorarse y reformarse para lograr el bien de todos y cada uno de sus miembros, Grecia incluido. El Reino Unido ahí está, pensándoselo siempre, y ejerciendo de lo que físicamente es: una isla que pertenece a Europa pero despegada del continente. Definitivamente, no creo que haya marcha atrás en esto. Trabajar por el progreso del proyecto europeo, pese a los obstáculos que está encontrando en el camino es, a mi juicio, la mejor vía de mejorar juntos.


Durante el último año me he ocupado con intensidad del programa Erasmus en la Universidad de Oviedo. Es este programa uno de los más exitosos de la Unión y ha beneficiado y seguirá beneficiando a multitud de estudiantes de toda Europa, una buena parte de ellos españoles. La vida son etapas y cuando toca cerrar una, no hay que dudar. Es preciso mirar siempre hacia adelante. Los cambios normativos en la promoción académica impuestos por el ex ministro Wert han dado un giro a mis planes para volcarme en otras facetas de mi profesión. Ello no impide que me siga sintiendo lo que soy: una europeísta convencida pero, ahora ya, dentro de un grupo de asturianos con la misma idea de que el futuro pasa necesariamente por una Europa fuerte, unida y cohesionada. Todo lo demás, amable lector, creo que es caer al vacío y en picado.