Como decimos en matemáticas, si esto es así, habida cuenta de cómo soy y la vida que llevo, yo diría que mi probabilidad de esto converge asintóticamente a cero. Salvo, quizás, por una cuestión. Trabajaré en ello. El deporte habitual también me ayuda, claramente.
https://www.elcomercio.es/vivir/salud/sabe-probabilidad-sufrir-infarto-20230509190122-ntrc.html
¿Sabe qué
probabilidad tiene de sufrir un infarto?
Cardiólogos
repasan los siete factores que debemos mantener a raya para rebajar nuestro
riesgo cardiovascularLas enfermedades cardiovasculares son la primera causa de
muerte en España por delante de patologías como el cáncer, con unos 120.000
fallecidos al año, prácticamente una de cada cuatro defunciones. La
probabilidad de sufrir un infarto de miocardio, una angina de pecho o
trastornos del ritmo cardiaco está relacionada con factores biológicos (edad,
sexo, antecedentes familiares...), pero también con nuestros hábitos de vida
(alimentación, actividad física, consumo de alcohol, tabaco...). «Los primeros
no se pueden modificar. Sin embargo, podemos actuar contra los segundos y
prevenir así hasta el 80% de las muertes prematuras por enfermedades del
sistema circulatorio. Por eso es tan importante conocerlos y controlarlos»,
insisten en la Fundación Española del Corazón (FEC).
¿Es
consciente de su riesgo cardiovascular? ¿Sabe qué factores debe mantener a raya
para reducir las probabilidades de padecer una de estas patologías? Los
expertos de la Sociedad Española del Corazón (SEC) explican los siete
«parámetros cuantificables que modulan el riesgo de padecer eventos
cardiovasculares».
Presión arterial
Mantener la presión arterial en los
valores recomendados por los cardiólogos –rango igual o inferior a 120/80– es
una «medida fundamental» para evitar el riesgo cardiovascular. «La hipertensión
puede tener importantes consecuencias en el organismo: las arterias se
endurecen para soportar la presión arterial alta, lo que a su vez puede
dificultar el paso de la sangre y derivar en complicaciones graves como infarto
de miocardio, hemorragia o trombosis cerebral. También aumenta el riesgo de
arritmias, insuficiencia cardiaca...», alertan en la SEC. Además de con
fármacos, otra manera de controlar que la tensión no se dispare es evitar el
tabaco y el consumo excesivo de alcohol, llevar una alimentación saludable,
practicar deporte y no tomar sal.
Colesterol
Uno de cada dos adultos tiene el
colesterol alto y prácticamente la mitad ni siquiera lo sabe. «El mayor
problema es que cuando reaccionan ya es tarde. La hipercolesterolemia mata
mucho y además es asintomática, por lo que es fundamental ser conscientes de su
existencia. Está demostrado que las personas con niveles de colesterol de 240
tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto de miocardio que aquellas con
cifras inferiores a 200», insiste el cardiólogo Carlos Macaya.
Glucosa en sangre
La diabetes es otro factor de riesgo que
se debe tener en cuenta porque causa alteraciones en el organismo que también
afectan a la circulación. «Unos niveles altos de azúcar en sangre pueden
endurecer progresivamente las paredes de los vasos sanguíneos. El factor
genético es importante, sobre todo en la diabetes tipo 2, la más frecuente,
pero también influye mucho el sobrepeso o llevar una alimentación inadecuada»,
alertan en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Tabaco
Los datos que manejan los cardiólogos
son demoledores: fumar triplica las posibilidades de sufrir una enfermedad
cardiaca.
Actividad física
El sedentarismo es uno de los factores
de riesgo cardiovascular más frecuentes entre la población occidental, «al
mismo nivel que el tabaco o la hipercolesterolemia», alertan los expertos.
Según los datos del último Eurobarómetro, el 47% de los españoles no realiza
ningún deporte o ejercicio físico, dos puntos por encima de la media europea.
«Estas cifras deben mejorar, por lo que animamos a todo el mundo a moverse.
Caminar, correr, montar en bici, bailar... Lo importante es mantenerse activo
porque nos ayudará a crear el hábito de practicar ejercicio», aconseja el
doctor Andrés Íñiguez, presidente de la FEC.
Salud emocional
El estrés y las emociones negativas también
afectan a la salud del corazón. «De hecho, tener una actitud positiva reduce el riesgo de infarto.
La razón de ese papel protector del optimismo puede explicarse a través de tres
mecanismos: influye en la promoción de hábitos de vida saludables; facilita el
mantenimiento y desarrollo de otros factores sociales que han demostrado ser
cardio-protectores, como el apoyo familiar y social; y también afecta de manera
positiva a determinados procesos biológicos como el funcionamiento del sistema
inmune», enumeran en la Sociedad Española de Cardiología.
Peso
«Estar por encima del peso que nos corresponde favorece la
aparición de otros factores de riesgo (diabetes, hipertensión, niveles elevados
de colesterol...), por lo que combatir la obesidad es clave para reducir el
riesgo cardiovascular», coinciden los expertos. Tradicionalmente, la obesidad
se ha definido a través del Índice de Masa Corporal (IMC), que relaciona el
peso con la altura. Sin embargo, aunque sirve de orientación, se considera que
el IMC no refleja el grado de grasa corporal total. Por eso se puede usar
también otra medida, el índice cintura/cadera (ICC), que se calcula dividiendo
el perímetro de la cintura de una persona por el perímetro de su cadera. El
resultado debe ser inferior a 0,86 en el caso de las mujeres y a 1 en los
hombres.