Qué cosas. Ni en mi peor pesadilla podría yo pensar, como miembro de un gabinete o una comisión profesional, que emito una opinión sobre la belleza (hipotética belleza) de un compañero de trabajo o un superior. En su caso, sobre su jefe, el presidente y sobre el Rey. Ni más, ni menos.
Por sus palabras las conoceréis...