Premio Princesa de Asturias de las Letras
Carrère:
«Escribir es el centro de mi vida»
El jurado reconoce al gran maestro de la
no-ficción por «desenmascarar la condición humana» y su disección «implacable»
de la realidad
AZAHARA VILLACORTA
Por
construir «una obra personalísima generadora de un nuevo espacio de expresión
que borra las fronteras entre la realidad y la ficción». Porque «sus libros
contribuyen al desenmascaramiento de la condición humana y diseccionan la
realidad de manera implacable». Por dibujar «un retrato incisivo de la sociedad
actual» y ejercer «una notable influencia en la literatura de nuestro tiempo,
además de mostrar un fuerte compromiso con la escritura como vocación
inseparable de la propia vida».
Por todo eso, el jurado del Premio Princesa de Asturias de las
Letras 2021 acordó ayer conceder al escritor, guionista y realizador francés
Emmanuel Carrère (63 años) un galardón que el maestro de la
no-ficción, todo un especialista en saltar al vacío sin red para desnudar el
lado más oscuro de la condición humana y de sí mismo a través de sus páginas
descarnadas, agradeció con un mensaje:«Basta con echar un vistazo a los nombres
de los jurados y de los galardonados, en todas las disciplinas, para sentirse
profundamente honrado de pertenecer a esa lista. En lo que a mí respecta, me
conmueve especialmente porque, aunque desgraciadamente no hablo español, me
encanta la literatura española y he tenido la gran alegría estos últimos años
de descubrir que de alguna manera era mutuo: el mundo hispánico es el que ha
brindado la acogida más cálida a mis libros».
Un mensaje que incluía un agradecimiento
especial a Anagrama, el
sello encargado de publicar su obra en castellano y de auparle como uno de los
escritores más influyentes del este siglo gracias a una escritura accesible
pero de la que casi nadie sale indemne, porque utiliza un estilo casi
periodístico –género que ha cultivado durante más de treinta años– y un tono
que atrapa desde la primera página a la última mientras ahonda como pocos en el
alma de personajes al límite.
Así lo hizo magistralmente en 'El adversario',
su novela-reportaje sobre Jean-Claude Romand, el falso médico de la OMSque
durante casi dos décadas llevó una doble vida y acabó matando a sus familiares
(mujer, dos hijos y padres). Una obra que marcó un antes y un después en su
vida y su carrera, porque lo llevaría a la primera persona, a convertirse en
objeto de su propia escritura.
Nacido en París en
1957 en el seno de una familia burguesa e intelectual (es hijo de la
historiadora Hélène Carrère, secretaria perpetua de la Academia francesa), Carrère
se diplomó en el Instit Estudios Políticos, trabajó dos años en Indonesia como
profesor de francés y debutó como crítico de cine en las revistas 'Positif' y
'Télérama'. Hasta que en 1982 publicó 'Werner Herzog', una monografía sobre el
cineasta alemán, y un año después 'L'amie du jaguar', su primera novela, a la
que siguieron ficciones convencionales como 'Bravura' o 'El bigote', que en
2005 adaptó al cine. Pero, sin duda, fue pionero y enseguida referente de lo
que hoy llamamos no ficción, género confesional en el que avanzó con 'Una
novela rusa' (2007) y 'De vidas ajenas' (2011).
Insistió en esa fusión que ahora se premia
en 'Limónov' (2012), sobre la azarosa vida del escritor, disiente y mercenario
ruso; en 'El Reino, (2015), narración autobiográfica que mezcla su relación con
el catolicismo con un relato sobre el nacimiento del cristianismo; en 'Yo estoy
vivo y vosotros estáis muertos. Un viaje en la mente de Philip K. Dick' (2007),
biografía novelada de su admirado escritor de ciencia, y 'Yoga' (2020), su
último título, en el que da cuenta de su divorcio y de su batalla contra los
demonios de la depresión.
¿Hay que contarlo todo?