viernes, 11 de junio de 2021

Delicias del buen "yantar" en Xixón

En Gijón. 

Bar Ramón

El ambiente no lo es todo, importan más la ensaladilla, el pote, el hígado o los callos. Pero nostalgia y sabores resultan aquí evocadores y gratos

 


https://www.elcomercio.es/gastronomia/restaurantes/bar-ramon-gijon-20210610001008-ntvo.html

La decoración y la atmósfera quedaron en 1965, el año de la Yenka y de la primera (y única) visita de los Beatles a España; o el de la aparición del Simca 1.000, la minifalda y el primer paseo espacial. Quienes recordamos aquel año entre las listas de los principales ríos penínsulares y la de reyes godos, intercambiando cromos de la Liga o de países del mundo y disfrutando apasionadamente con 'Bonanza' o 'El Fugitivo', hemos cambiado mucho. Todo. De estatura, peso, energía, achaques y forma de ver el mundo. El Bar Ramón, en cambio, permanece igual. Eso sí, pintado y repintado. Aggiornato. Basta ver la barra, el mobiliario, el embaldosado, el comedor alto en corredor, el reloj central, todo. Los mayores recordarán gaseosas adolescentes, platos de la abuela antes de llamarse así, vermús, pinchos, pintas y cañas, especialmente el día del reencuentro de la novia con su recluta. No será el único bar de barrio conservado en su tiempo. Pero sí de los pocos. Y auténtico hasta el tuétano.

BAR RAMÓN

DIRECCIÓN:

Calle Aguado, 40 - Gijón

TELÉFONO:

985 36 00 48

SALA Y COCINA:

Arcadio Álvarez Cano y María Teresa García

AYUDANTA:

Vanesa Espina

APERTURA:

1965

ACTUAL ETAPA:

1980

MEDIA A LA CARTA:

15/25 euros

VINOS:

unos cuantos clásicos

DESCANSO:

domingos

Arcadio reivindica tal imagen con orgullo. Luego está la cocina de su mujer, sencilla y hogareña de sabor y emplatado: ensaladilla rusa, fritos de merluza, bocartes y parrochas, bonito en rollo (que ahí viene), albóndigas, hígado de ternera, callos, carne guisada, repollo relleno... Y, naturalmente, fabada y cachopos. O pote los miércoles. Y el flan o el arroz con leche, siempre de la casa.

El bar se llama Ramón por su primer dueño, maitre que fue del recordado restaurante El Mirador. Cuando se jubiló lo cogió Arcadio que respetó rótulo e interiores. Un personaje este praviano, nacido en un mesón-tienda de Vegafriosa:

«Elegí la hostelería en vez de la ganadería y la huerta, que era lo que tocaba por familia, así que, terminada la mili, busqué donde asentarme y coincidió que Ramón se retiraba y yo empezaba»,-recuerda Arcadio.

¡Grandes décadas los ochenta y los noventa en el barrio de La Arena, y particularmente en estas calles! Los emigrantes regresaban a pasar sus años postreros junto a la playa de San Lorenzo, y jóvenes motorizados llenaban aceras y esquinas, vasos y botellas en mano, montando una fiesta perpetua tan apreciada por las vinaterías como detestadas por el vecindario. Hasta surgir la cadena de crisis que vivimos.

Sobre el dintel interior de la entrada puede leerse la siguiente frase que firma el propio Arcadio: «La mejor publicidad de la casa: sus clientes». Cumplo con ello por serlo, pues se adecúa cotidianamente como un guante a la creciente estrechez de mi bolsillo.



Hígado de ternera encebollado

Ingredientes para 4 comensales

- 1 kilo de hígado

- 3/4 de kilo de cebolla

- 1 chorro de vino amontillado

- 3 dientes de ajo cortados finos

- 1 cucharadina de pimentón dulce

- 1 cucharada de pimentón picante

- 1 chorro de aceite de oliva

- Sal

Elabaoración:

1. Tronchamos la cebolla bien en tiras, bien en juliana.

2. La pochamos en una sartén a fuego muy lento.

3. Cuando ablande y brille la sacamos y reservamos.

4. De inmediato salteamos el hígado en trocinos cuadrados, previamente adobados con ajo y sal, unos tres minutos.

5. Echamos en el mismo aceite los pimentones y el chorro de amontillado y revolvemos.

6. Agregamos de nuevo la cebolla reservada y seguimos revolviendo.

7. Mantenemos cuatro o cinco últimos minutos de cocción y servimos caliente.

8. Se puede acompañar, en plato aparte, de arroz blanco o patatas fritas, si bien un pan de rica miga que permita pringar la salsa, resulta el elemento más imprescindible y delicioso.