En Gijón.
Bar Ramón
El ambiente no lo es todo, importan más
la ensaladilla, el pote, el hígado o los callos. Pero nostalgia y sabores
resultan aquí evocadores y gratos
https://www.elcomercio.es/gastronomia/restaurantes/bar-ramon-gijon-20210610001008-ntvo.html
La decoración y la atmósfera quedaron en
1965, el año de la Yenka y de la primera (y única) visita de los Beatles a
España; o el de la aparición del Simca 1.000, la minifalda y el primer paseo
espacial. Quienes recordamos aquel año entre las listas de los principales ríos
penínsulares y la de reyes godos, intercambiando cromos de la Liga o de países
del mundo y disfrutando apasionadamente con 'Bonanza' o 'El Fugitivo', hemos
cambiado mucho. Todo. De estatura, peso, energía, achaques y forma de ver el
mundo. El Bar Ramón, en cambio, permanece igual. Eso sí, pintado y repintado.
Aggiornato. Basta ver la barra, el mobiliario, el embaldosado, el comedor alto
en corredor, el reloj central, todo. Los mayores recordarán gaseosas
adolescentes, platos de la abuela antes de llamarse así, vermús, pinchos,
pintas y cañas, especialmente el día del reencuentro de la novia con su
recluta. No será el único bar de barrio conservado en su tiempo. Pero sí de los
pocos. Y auténtico hasta el tuétano.
BAR RAMÓN
DIRECCIÓN:
Calle
Aguado, 40 - Gijón
TELÉFONO:
985 36 00
48
SALA Y
COCINA:
Arcadio
Álvarez Cano y María Teresa García
AYUDANTA:
Vanesa
Espina
APERTURA:
1965
ACTUAL
ETAPA:
1980
MEDIA A
LA CARTA:
15/25
euros
VINOS:
unos
cuantos clásicos
DESCANSO:
domingos
Arcadio reivindica
tal imagen con orgullo. Luego está la cocina de su mujer, sencilla y hogareña
de sabor y emplatado: ensaladilla rusa, fritos de merluza, bocartes y
parrochas, bonito en rollo (que ahí viene), albóndigas, hígado de ternera,
callos, carne guisada, repollo relleno... Y, naturalmente, fabada y cachopos. O
pote los miércoles. Y el flan o el arroz con leche, siempre de la casa.
El bar se llama
Ramón por su primer dueño, maitre que fue del recordado restaurante El Mirador.
Cuando se jubiló lo cogió Arcadio que respetó rótulo e interiores. Un personaje
este praviano, nacido en un mesón-tienda de Vegafriosa:
«Elegí la
hostelería en vez de la ganadería y la huerta, que era lo que tocaba por
familia, así que, terminada la mili, busqué donde asentarme y coincidió que
Ramón se retiraba y yo empezaba»,-recuerda Arcadio.
¡Grandes décadas
los ochenta y los noventa en el barrio de La Arena, y particularmente en estas
calles! Los emigrantes regresaban a pasar sus años postreros junto a la playa
de San Lorenzo, y jóvenes motorizados llenaban aceras y esquinas, vasos y
botellas en mano, montando una fiesta perpetua tan apreciada por las vinaterías
como detestadas por el vecindario. Hasta surgir la cadena de crisis que
vivimos.
Sobre el dintel
interior de la entrada puede leerse la siguiente frase que firma el propio
Arcadio: «La mejor publicidad de la casa: sus clientes». Cumplo con ello por
serlo, pues se adecúa cotidianamente como un guante a la creciente estrechez de
mi bolsillo.
Ingredientes para 4 comensales
- 1 kilo de hígado
- 3/4 de kilo de
cebolla
- 1 chorro de vino
amontillado
- 3 dientes de ajo
cortados finos
- 1 cucharadina de
pimentón dulce
- 1 cucharada de
pimentón picante
- 1 chorro de
aceite de oliva
- Sal
Elabaoración:
1. Tronchamos la
cebolla bien en tiras, bien en juliana.
2. La pochamos en
una sartén a fuego muy lento.
3. Cuando ablande
y brille la sacamos y reservamos.
4. De inmediato
salteamos el hígado en trocinos cuadrados, previamente adobados con ajo y sal,
unos tres minutos.
5. Echamos en el
mismo aceite los pimentones y el chorro de amontillado y revolvemos.
6. Agregamos de
nuevo la cebolla reservada y seguimos revolviendo.
7. Mantenemos
cuatro o cinco últimos minutos de cocción y servimos caliente.
8. Se puede
acompañar, en plato aparte, de arroz blanco o patatas fritas, si bien un pan de
rica miga que permita pringar la salsa, resulta el elemento más imprescindible
y delicioso.