Se los regalé a mi esposo cuando todo el boom de este señor, que en paz descanse. Suponía que no era su estilo pero, con tanta fama, me quedó la duda y cabía la posibilidad de que se entretuviera con ello. El primero lo abrió y no lo terminó, y el resto está virgen. Servidora tampoco los va a leer. Para rellenar hueco en la librería, o como el espacio es limitado, tarde o temprano, a la hoguera.
Lo tengo en la librería de casa y en la del despacho. Por si las moscas...
