viernes, 30 de noviembre de 2018

BOXEO

A mi suegro le gusta el boxeo. Lola, mi suegra, que es la suegra perfecta, porque es una mujer extraordinaria, buenísima persona, devota católica, me ayuda con los niños porque así lo desea, colabora, es prudente y no se mete en nada, (¿se puede superar eso?) por supuesto no le deja poner el boxeo cuando están los niños en casa. 
Gracias a Dios el hijo de mi suegro no ha heredado tal afición. Mucho mejor el cine, dónde va a parar la cosa. 
El caso es que a mi suegro lo que le mola de verdad es cuando los dejan tirados en el ring de boxeo que parece que ya no se pueden levantar. Pero si se levantan y siguen peleando, le mola más. Y si después de estar tirados un buen rato en el suelo del ring, encima ganan, eso ya es insuperable 
Hay golpes y golpes en la vida, que recibes aunque no te dediques al boxeo. Que te dan y que te dejan grogui días y días, que no sabes si vas o vienes, ni dónde estás. Que sigues con la rutina como un autómata, porque ¿qué otra cosa puedes hacer que intentar seguir hasta que te puedas levantar?
No me gusta el boxeo. 
No. 
Me gusta la paz, la gente tranquila y en paz consigo misma. 
A mi suegra lo que le gusta es su nombre: DOLORES. Le gusta tanto, tantísimo que le gustaría que la llamaran así . De hecho yo lo intenté una temporada, pero fue imposible. Si hay alguien al que yo tenga que hacer la pelota y tratar de agradar, además de a mi madre, es a mi suegra. Sobre todo por lo dificilíiiiiiiiisimo que es tener una suegra como ella. Pues no pudo ser porque todo el mundo, empezando por sus hermanas, la llama Lola. Me decían: "olvídalo Susana. Es Lola y lo seguirá siendo el resto de su vida". Espero que sea larga vida. 
Y la buena prueba de lo muchísimo que le gusta su nombre es que se lo puso a su hija, mi cuñada. Pero como se estilaba por la época, con el María delante, así que mi cuñada se llama María Dolores, y su nombre no le gusta. La llamamos Loli, para distinguir, porque cuando solo había un teléfono en casa y madre e hija se llaman igual, pues había que distinguir, ¿no es así?
A mi madre no le gusta nada su nombre: MARÍA DEL ROSARIO. Quien la llame así queda sentenciado de por vida, a no ser que sea funcionario público o trabajador del hospital. A su prima la llamaban Charo, y tenía una amiga que se llamaba Charo, así que ella se quedó con ROSI. 
Y como no le gustaba nada, nada su nombre, se pasó los nueve meses de embarazo pensando un  nombre bonito para su hija, si era niña, que no se sabía. Estuve a punto de ser Nuria, pero me tocó Susana. 
Y me gusta mi nombre. Mucho. Mami acertó. Muchas gracias, mami.  
Me gusta mi nombre. Me gusta la gente tranquila y no me gusta el boxeo.