La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia
para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de
nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza (o sea ayer) y termina
antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este
tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por ser
mejores.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y
penitencia. Es un tiempo de
reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; de tiempo de preparación al misterio pascual.
40 días
La duración de la Cuaresma
está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla
de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo
judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña,
de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida
pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
Llegarán las tentaciones en Cuaresma, llegarán…pero toca ignorarlas y
superarlas, hasta que llegue la Pascua de Resurrección, cuando cada uno
resucita a la vida y al amor, donde cada cual lo encuentre, sintiéndose vivo y resucitado.
La Pascua tiene mucha relación con el calendario
agrícola y el tiempo de renovación de la tierra. Para calcular su celebración
se toman en cuenta el sol y la luna (sol de primavera y luna llena). En ese sentido, se
debe buscar el primer domingo posterior a la primera luna llena de primavera
septentrional (Hemisferio Norte). Una vez encontrada la Pascua, se cuentan
cuarenta días antes para fijar el primer día de la Cuaresma, es decir, el
correspondiente al llamado "miércoles de ceniza" (los domingos, no se
tienen en cuenta para hacer este cálculo), es por ello que cada año es
distinto.
Ayer, San Valentín, tocó en Miércoles de Ceniza...