domingo, 1 de octubre de 2023

Absentismo laboral asturiano

 Esta mañana de domingo soleado asturiano, he visto uno de esos programas especiales en la TPA, la Televisión del Principado de Asturias, que trataba del absentismo laboral, siempre muy elevado en comunidades del Norte de España. El problema está en que se ha disparado en  Asturias, y nos queda el dudoso honor de estar a la cabeza en ello. Cifras de más del 8% de absentismo en la industria y construcción, son una auténtica barbaridad. Entre los participantes en el programa estaba el que fue mi profesor de Derecho del Trabajo en quinto de carrera, hoy catedrático, y que me puso una matrícula de honor. Mejor dicho, la saqué yo. 

De los ponentes me convenció mucho el razonamiento de un analista externo que señalaba que este absentismo se dispara en el momento en que los contratos son indefinidos, es decir, cuando se logra una estabilidad. Blanco y en botella. 

Por aquí somos ya menos del millón de habitantes. Menos mal que quedamos 4 "tontos" para compensar la media. Ayer sábado tarde estuve revisando un paper (como harán tantos profesores de los que hacen investigación en la Universidad) y en una ocasión, tras un accidente de tráfico, no por mi causa (un camión chocó contra mi, en carretera sin arcén, me destrozó el coche, quedó siniestro total, me indemnizaron, pero a mi no me pasó nada) me presenté en clase con collarín. El médico de urgencias me dijo que me daba la baja. Le dije que me quedaban 15 días para terminar el curso, que tenían pruebas de evaluación que hacer yo misma y que no me dolía. Y me presenté en el aula con collarín. Lo llevé una semana. Se rieron el primer día. Algunos. Otros me pusieron unos comentarios en mis evaluaciones docentes de ese curso que recordaré con gratitud toda mi vida. No tengo más bajas que las maternales. Mis hijos SI están por delante de la Universidad. Pero tener mocos  nunca me ha impedido dar clase. 

¡¡Olé por esta Asturies, roja, borracha y dinamitera. Ye lo que hay!!