Un razonamiento muy similar, en esa misma línea, lo publiqué en un DOMINICAL EN FEBRERO DE ESTE AÑO.
Ya vamos tarde, Cosme. Ya vamos muy tarde.
Para mí lo crucial no es tanto si Putin podrá ganar o no su guerra sino, más bien, si la puede perder. Bien sentado ya que la guerra no ha sido el breve paseo triunfal que se presumía, se plantea ahora cuánto tardará Putin en lograr sus objetivos y mediante qué medios y a qué precio. Pero tal vez la situación se entienda más fácilmente si se invierte la pregunta: ¿pueden Putin y quienes le apoyan en Rusia permitirse perder esta guerra? Si Putin ve arruinarse las iniciales previsiones triunfalistas, si llega a ver en riesgo incluso la posición de partida, si sus cientos de miles no bastan contra los posibles millones del enemigo -no olvidemos que Ucrania juega en casa- y se sabe poseedor del tipo de arma que desequilibraría a su favor la lucha, la cuestión no es si la empleará o no, sino más bien cuándo, cómo y dónde la empleará, pese a que, por grande que sea la escala territorial, para Moscú esta guerra no deja de ser una guerra fronteriza.
Cómo decirle a la vieja y sabia Europa que si en un principio plantar cara a Putin fue una actitud plausible, llega el momento en que se está equivocando de estrategia, que Ucrania no puede ganar, que para aspirar al empate ya ha hecho, en el plano bélico, lo suficiente, que si el propio Putin ha empezado a entender que nada era tan fácil como creía, la prioridad debería ser tratar de buscar una salida decorosa para ambas partes, que es el momento de hablar y no solo con Zelenski. Tiene que ser el momento de hablar en serio con Putin.
Por muchas razones. Morales: la vida de las personas debe primar sobre el relato glorioso de los nacionalismos. Estéticas: es una vergüenza un Rusia-Ucrania fuera del deporte. Económicas: todos estamos tirando progreso y bienestar. Estructurales: Europa debe plantearse de una vez, y asumir el correspondiente coste, dejar de ser el satélite de Estados Unidos, un país con escaso crédito moral y en el momento más desquiciado de los últimos tiempos. Lógicas: afrontar un problema mediante el civilizado empleo del diálogo significa hablar, discutir, conferenciar con el enemigo, con el amigo discute cualquiera. Bueno, ahora que lo pienso, yo no. Hace mucho tiempo que solo discuto con quien estoy de acuerdo porque evito arriesgarme al probable diálogo de sordos que me aburre desesperadamente.
Claro que yo discuto fuera de hora y para divertirme, por eso puedo permitirme lujos que quien lleva en el sueldo la responsabilidad de solucionar problemas reales no debería permitirse.
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Sorprendida me encuentro con esto de De Prada.
¿De verdad hay tanta gente que le mola drogarse de esa forma? Lo siento por las consecuencias futuras de sus actos.
Ya lo decía yo: lo importante de disfrutar de los placeres de la vida, de manera moderada.
Crónica final del Open:
https://ajedrezalfaro.com/acerca-de/xi-open-internacional-ciudad-de-alfaro-trofeo-ciguena-de-plata/
