jueves, 17 de noviembre de 2022

Un paseo dominical por el paseo gijonés

Soy ovetense, "carbayona". Nativa de la capital del Principado de Asturias, de la vetusta ciudad que noveló Clarín. 

Llevo ya casi, casi 22 años viviendo en Gijón. Y lo cierto es que hay algunas cosas de esta ciudad que no cambiaría por nada. Un paseo por el paseo de la playa, tras una comida de domingo, en una tarde otoñal y con buena temperatura es insuperable. 

Belleza gijonesa. Como la de mi hija, de frondosa melena y piernas delgadas como su papá. De tal palo, tal astilla. 

Padre presente, día a día, dedicado a la que él considera su más importante tarea: la paternidad. Ejercida con calma, con entrega, con amor, con responsabilidad, con dedicación ilimitada, con convicción de padre...





En esta villa gijonesa se celebra estos días el Festival de Cine. En sedes diversas. También en el magno edificio en el que trabajo cada día y donde se programan las películas de la sección "Enfants terribles". El patio de la Laboral se ha llenado estos días de adolescentes que venían a ver una película. También es una forma de aprender. Todo un lujo.