sábado, 7 de abril de 2018

Gracias por tu belleza, María

                 Este artículo fue publicado el 06/04/2018 en el diario EL COMERCIO 


Asistí encantada y agradecida por la invitación a la gala de entrega de los Premios EL COMERCIO. Una preciosa velada en la que me emocioné en varias ocasiones, con la complicidad de la oscuridad del teatro, que permite llorar sin ser vista. Emotivas las palabras del presidente del Grupo Covadonga, una institución deportiva de primerísima categoría de la que disfrutamos los socios. Para mí, nadar de espalda en su magnífica piscina de 50 metros o asistir a clase de Pilates, son dos opciones deportivas que me favorecen, entre las numerosas que ofrece la institución premiada. Me emocioné con las palabras de los directivos de los astilleros Armón y Gondán, que parece que hacen fácil algo cada día más difícil en esta tierra: hacer industria y ser competitivos. Me emocioné y mucho con las palabras del representante de la Guardia Civil, institución premiada, entre otras, por su labor en la lucha contra la violencia de género. Dijo bien alto y bien claro: “Hay salida”. Y en efecto, si hay justicia en este mundo debe existir denuncia pública del daño y la oscuridad en las relaciones de pareja y debe haber una salida. Tiene que haber una salida a la luz y a una vida mejor. Es preciso reunir fuerzas para salir del túnel, de la muerte en vida y de la tristeza y el dolor que provoca el amor mal entendido. Me emocioné con las palabras de Antonio Gamoneda, ese poeta ovetense de nacimiento pero leonés de corazón y ayer, también se le notó. Si alguien cree que los artistas no pueden ser autodidactas pues que miren la trayectoria de este grandísimo poeta, que aprendió sólo de niño las letras y que ha recibido, entre otros, el premio nacional de poesía, el premio Reina Sofía de poesía Iberoamericana y el premio Miguel de Cervantes. Hay cosas, amable lector, que son cuestión de talento, inteligencia y vocación sin fisuras.


Pero sobre todo, me emocionaron las palabras de María Neira, una auténtica fuerza de la naturaleza. Su espectacular trayectoria profesional es un ejemplo y una luz para todas las mujeres de esta tierra. Su discurso ágil, brillante e intenso no es sino el reflejo de su mente lúcida y su vocación emprendedora. María está llena de luz, de fuerza y de grandeza. Había leído sobre su trayectoria y su obra pero no la había oído hablar nunca así, en vivo y en directo. Y lo cierto es que a los grandes, a los que son grandes de verdad, basta tenerlos unos minutos delante para percatarse de que están dotados de algo que los convierte en seres distintos del resto, que los eleva inmediatamente respecto a los demás, incluso aunque no lo intenten o traten de evitarlo, como ella misma quiso hacer midiendo sus palabras para no extenderse mucho y que su padre no la regañara cariñosamente, o empleando su discurso para alabar los méritos del resto de premiados, en lugar de utilizarlo para ponderar los suyos. La doctora María Neira hace pequeña a cualquier mujer, no digamos a las que ya lo somos por naturaleza, en todos los aspectos. Quienes ya no podemos aspirar a más que a ser buenas madres, que creo que no es poco, miramos con deleite lo que ha sido capaz de hacer esta mujer de La Felguera, que hasta parece que pide perdón por ello, por ser de la cuenca minera asturiana. Que La Felguera podía dar mujeres inteligentes y bellas era cosa que yo ya sabía, porque mi madre nació allí y muchos días de mi infancia los pasé en el lugar visitando a mis abuelos maternos. La doctora María Neira es un ser humano privilegiado, tocado de una luz y un talento especial que hace sentirnos orgullosos a los asturianos de lo que puede dar esta tierra. Las madres deberíamos aplicarnos en criar personas como ella aunque tal cosa, me temo que está fuera de control. Si alguien piensa que la inteligencia y la brillantez están reñidas con la belleza física, puede fijarse en su bella presencia para comprobar que tal idea es un error. Es una bella y muy digna merecedora del premio Proyección de Asturias y, de hecho, la imagen que proyecta en el mundo desde la Organización Mundial de la Salud es mejor de lo que la mayoría podemos dar. Fue un orgullo y una delicia poder escucharla. Al llegar a casa, mi hijo me dijo muy feliz que el FC Barcelona había ganado 4-1; no tengo ni idea ni contra quien jugaba, ni qué competición era. O sí la tengo, pero no importa. Lo que importa es que mi pianista favorito estaba alegre, y por ello siempre estoy muy contenta cuando las cosas le salen bien al FC Barcelona. Tal vez, un día, será uno de estos grandes asturianos que como los que recibieron los premios de EL COMERCIO en su duocécima edición, reflejan lo mejor de lo que somos y de lo que podemos dar los asturianos.