miércoles, 4 de octubre de 2017

REFLEXIONES DESDE CAMBRIDGE (VII)

                        Este artículo fue publicado el 04/10/17 en el diario EL COMERCIO 

"Seny" capilar 


Comienzo a escribir estas líneas a las 10 de la mañana del 01/10/17. Las 11 en mi país. Parece que hoy puede ser un día histórico de ruptura de España y yo ando por aquí lejos, más pendiente de la ruptura de la isla británica de la UE. Tal vez la lejanía otorgue mejor perspectiva, además de que permite ver cómo lo observan los demás. Observadores internacionales no le van a faltar al Govern, dado que los ha pagado. Me perdí  en su momento la coronación de Felipe VI. Estaba en un congreso de Finanzas en Lisboa y pensé que se seguiría por medios lusos. Al llegar a mi hotel, tras presentar mi ponencia, puse las noticias y nada. Pasó sin pena ni gloria; pensé qué lejos quedan los tiempos en que los reyes de España lo eran también de Portugal. A los medios británicos parece que alguien les ha explicado cómo son las cosas en España. Será que los embajadores catalanes hablan mejor inglés que los castellanos y hasta la fecha sólo tenían la versión de los primeros. La BBC ayer se dignó a ser algo más plural en la presentación de las distintas opciones. Han colgado un interesante vídeo de las diferentes opiniones y subrayan la ilegalidad constitucional de lo que hoy va a suceder. 
Aquí se lo dejo: 

No voy a negar que me tiene un tanto decepcionada la tacañería de los representantes de la UE en sus apoyos a España. El bien peinado – y maquillado – Macron es el que más se ha desmelenado de todos, apoyando a Rajoy. 



 Como creo que es imprescindible practicar la empatía y ponerse en la piel del otro para entenderlo, me ha dado por escuchar en internet opiniones en los medios catalanes más independentistas. Lo primero que me ha alegrado es comprobar que superadas dos o tres expresiones, entiendo y leo perfectamente catalán; conocer la gramática francesa me ayuda a ello. Escribirlo es otro tema y lo de hablarlo en la intimidad, se lo dejo a Aznar. Él es uno de los culpables, junto con Felipe González y demás presidentes nacionales, de haberlo consentido todo a esta autonomía catalana que ahora es un adolescente gruñón que se quiere largar de casa. ¡Normal! Lo hemos mimado demasiado, le hemos dado todos los caprichos y ahora vemos las consecuencias. Además de medios catalanes radicales, he procurado leer a catalanes ilustres, como Juan Marsé. Señalaba hace unos meses, en un prestigioso diario nacional, lo ilegal del proceso y terminaba con ironía, afirmando que el peinado de Carles Puigdemont ha sido declarado de “interés turístico internacional”. Y a raíz de esta broma me ha dado por pensar si la forma de vestir las neuronas puede decir algo de ellas. Si la falta de “seny” capilar podría manifestar otras carencias. Si el peinado despeinado de Puigdemont refleja sus limitadísimas capacidades intelectuales. El flequillo de Anna Gabriel – profesora asociada de Derecho de la Universidad Autónoma de Barcelona –,  tal vez explique su retorcida manera de entender la ley, ya que utiliza distinta vara de medir los ataques según de quien vengan. O la coleta de Pablo Iglesias: un tribunal bien iluminado le negó su plaza de funcionario en la Universidad. Si no lo hubiera hecho, igual nos podríamos ahorrar sus esperpentos en las cortes. Nunca se sabe a dónde puede llegar la ambición de un funcionario universitario frustrado. Por cierto, al señor Iglesias no le debe de gustar nada que Coscubiela vaya correctamente peinado y haga declaraciones mesuradas y democráticas, tan anormales en Podemos. Se nota que ya le ha dado un toque el camarada jefe del partido. Yo creo que el único “seny” posible es cumplir la ley. Que seamos una gran nación libre sólo depende de nosotros. Ya lo decía Marco Tulio Cicerón: “para ser libres hay que ser esclavos de la ley”. Si no lo hacemos así, podemos pasar a ser esclavos de otros. Son las 10.30 horas. Las 11.30 h en Cataluña. Cuando usted lea esto, ya habrá pasado todo. De momento, yo voy a poner la BBC y veremos qué está pasando. 
Veurem, estimat lector. Veurem.