lunes, 30 de mayo de 2022

CUANDO QUIERAS O PUEDAS

 Este artículo fue publicado en TRIBUNA DOMINICAL 

de EL COMERCIO el 29/05/2022


https://www.elcomercio.es/opinion/quieras-puedas-20220529000510-ntvo.html

Cuando quieras o puedas

Si fuera Ben Affleck cancelaría nuevamente la boda. Poner pies en polvorosa, nunca mejor dicho, contra una diva que le controle el número de encuentros sexuales a la semana, es lo más sensato que podría hacer.

 

SUSANA ÁLVAREZ OTERO

Domingo, 29 mayo 2022, 02:11

Me llama poderosamente la atención hasta qué punto el sistema judicial en EE UU se les ha ido de las manos. Podemos quejarnos de la lentitud del español, pero al menos, tiene más filtros o más sensatez, si se prefiere, a la hora de admitir a trámite determinadas cosas. No todo vale a nivel jurídico y el cliente no siempre tiene razón. Por otro lado, cuando contemplamos conflictos de pareja en los tribunales como los que relata la ficción de la película 'Historia de un matrimonio' (2019), protagonizada por la bella Scarlett Johansson, o conflictos reales como los del proceso judicial entre Johnny Depp y Amber Heard, con situaciones que rozan lo paranoico, una se pregunta si pretendiendo ayudar al ciudadano dicho sistema judicial, con abogados 'superestrellas', que cobran honorarios de futbolista de Champions, está teniendo justo el efecto contrario.




Otra vuelta de tuerca más son los acuerdos prematrimoniales entre 'celebrities'. Del último del que tuve conocimiento todavía no me he repuesto. Tras leerlo sentí un enorme alivio por saber que en España no podría suceder. Un miembro de la pareja, sea quien sea, no puede proponer a la otra parte lo que JLo (Jennifer López) le pide a Ben Affleck en su próximo matrimonio. Una segunda oportunidad les da la vida, tras una breve e intensa relación hace 20 años, con excentricidades tales como regalarle a la cantante un inodoro con incrustaciones de joyas o cancelar su boda tres días antes. En definitiva, inmadurez. Siguieron caminos distintos y, a mí personalmente, me sorprendió lo enclenque y feo del marido elegido por la diva, aprisa y corriendo, dado que se casó ese mismo año con Marc Anthony. El caso es que el joven Affleck -lo es para ella- estará obligado en su futuro matrimonio a mantener, al menos, cuatro relaciones sexuales por semana. Para tranquilidad del lector, repito que semejante aberración de acuerdo sería declarado nulo inmediatamente en nuestro país, al ser contrario a la libertad y dignidad de las personas. Cierto que JLo en este nuevo re-enamoramiento pueda confiar en que su joven marido sea más vigoroso que el previo, pero dado que el matrimonio, por definición, tiene vocación de compromiso y permanencia, tal vez la diva no cuente con que el tiempo también pasará para el señor Affleck. Dudo que JLo haya leído a Simone de Beauvoir, quien nos recordaba que las mujeres, a diferencia de los hombres, podemos tener orgasmos hasta los 100 años. Y también dudo de que JLo sea lectora de investigaciones académicas como la de dos expertos en psicología de parejas Julie y John Gottman, que son ellos mismos pareja con 35 años de feliz matrimonio, tras haber aprendido de experiencias previas fallidas. Informan los autores del método Gottman que aunque lo normal es que una pareja feliz tenga sexo, en torno a un 15% de las parejas de más de 45 años ya no tienen relaciones sexuales y, en ellas, en su mayoría es el hombre el que dice: «Ya no quiero tener más sexo». La razón no es otra que los hombres se hayan sometidos a mucha presión por el tema de su potencia sexual y les da mucha vergüenza cuando ya no funciona, por lo que evitan el sexo. Eso, en circunstancias normales.

¿Qué puede pasarle a un hombre como el futuro consorte de JLo con semejante presión pre-conyugal? Proponer ese dislate es no saber nada de sexualidad humana, en concreto, de la masculina. Y lo que es peor, se puede volver contra ella, surtiendo justo el efecto contrario al deseado. Una forma de recogerse el pelo, un vestido, cierto perfume pueden ser mucho más apremiantes del deseo sexual masculino que el horario de día sí, día no que le marca como si se tratase del gimnasio, la piscina, o la clase de pilates. Me parecen inauditos los caprichos de personas que viven fuera de la realidad, pero aún peor que su sistema los acepte.

Afortunadamente en España, tal limitación a los derechos de cada cónyuge en relación con su intimidad sería declarada sin valor ni efecto alguno por ser contraria a la dignidad y libertad personal. Por otro lado, si en virtud de ese acuerdo ella le forzase a él a tener relaciones íntimas, entraría en el terreno de delito sexual. Tanto monta, monta tanto. Con esto no quiero decir que los acuerdos prematrimoniales no existan en España. No están tan extendidos, pero son legítimos y, según las circunstancias, recomendables. Lo que no se tolera es que en un acuerdo se firme algo que contravenga la ley, la moral y el orden público. No sé usted, pero yo, si fuera Ben Affleck, ante tal propuesta cancelaría nuevamente la boda. Más vale otra retirada a tiempo con semejante exigencia de mujer. ¿Y si una semana está enfermo? ¿Y si otra está más estimulado, y tiene dos relaciones sexuales diarias, convalidaría para la siguiente semana? Poner pies en polvorosa, nunca mejor dicho, contra una diva que le controle el número de encuentros es lo más sensato que podría hacer el señor Affleck.

No todo el mundo llega a la sabiduría de los Gottman, pero la irracionalidad tiene que tener filtros y en EE UU parece que no existen. Como decía San Agustín, «la medida del amor es amar sin medida». Y que le midan a uno/a lo que tiene que amar y cuándo tiene que amar es justo todo lo contrario al amor.







Una se va acostumbrando pero no deja de ser un gran honor estar entre firmas como la de Juan Neira, el catedrático Leopoldo Tolivar, el periodista Diego Carcedo y el catedrático Ramón Durán. 






En el TOP de lo mas leido en el Comercio Dominical. 3 de 50. 



ARTICULO EN SELECCION DE PRENSA 
DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO