No me disgustan especialmente los lunes. Pero hay días, y lunes como hoy, en que definitivamente no puedo con la vida. Un refrán muy castellano.
Un día luminoso de sol y yo no puedo con la vida.
Y sin embargo hay que seguir. De alguna forma. Escuchándole, por ejemplo.
En bucle estoy.
Queda declarada como MI CANCIÓN.
Declaración de amor a mí misma, para salvarme, mi canción.
Es perfecta. Y no muy larga.