Mi niña me cogía el teléfono estas vacaciones empeñada en hacerme fotos. De momento, no hay teléfono para la peque. Encontré el Mediterráneo más bravo que otras veces y la luna, preciosa en las noches sobre la Playa de los Locos, a pie del apartamento.
Así se llama la playita. Había un manicomio por allí, al parecer.