lunes, 9 de mayo de 2022

DECÁLOGO DE SUPERVIVENCIA PARA UNA CRISIS

   Este artículo fue publicado en TRIBUNA DOMINICAL de ECONOMÍA 

de EL COMERCIO el 08/05/2022


https://www.elcomercio.es/economia/decalogo-supervivencia-crisis-20220508014139-nt.html

 

Decálogo de supervivencia 

para una crisis

La grave situación actual se escapa al control del ciudadano medio, que solo puede esquivar el golpe o aminorarlo de la mejor manera posible. He aquí diez medidas para ello

 


Estamos en una grave crisis, amable lector. Bien lo sabe usted. Más bien, se trata de una tormenta perfecta resultado de una pandemia aún no superada del todo que supuso un parón brutal de la actividad económica y, para algunos, el cese definitivo de su actividad. Tras ello, una escalada de precios que ha traído un considerable incremento de los costes energéticos, todo ello agravado por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, con Putin como ideólogo del desastre civil y económico tanto para Ucrania y para Rusia como para el resto de países europeos. Estamos sufriendo, además, una escalada en la inflación, que se acerca al doble dígito. Todo esto se escapa al control por parte del ciudadano medio, ante lo cual solo puede intentar defenderse y esquivar el golpe o aminorarlo de la mejor manera posible. He aquí un decálogo de medidas a tal fin.

1.Mejorar la gestión de los activos bancarios: Los activos del banco (préstamos y créditos) son los pasivos de quien solicita la financiación, sea esta o no hipotecaria. El cambio en la hipoteca a otra entidad bancaria es una posible solución si no tenemos contratada la mejor opción para nosotros. Para contratar el mejor préstamo hipotecario es necesario hacer tres cosas: conocer y comparar las ofertas de distintos bancos, saber cuál es la cuota máxima que podría soportar la economía familiar y explotar las posibilidades de personalizar las condiciones, porque si somos personas solventes todas las condiciones públicas pueden ser mejorables de manera privada. Es una lección constante que repito a mis alumnos: una buena negociación con el banco es una de las negociaciones más importantes de nuestra vida económica. El cambio de entidad bancaria para la hipoteca siempre es posible si las nuevas condiciones mejoran claramente las previas y si compensan los gastos de cambio.

2.Mejorar la gestión de los pasivos bancarios: Nuestros depósitos (cuentas corrientes, cuentas de ahorro...) son los pasivos bancarios, esto es, los activos de nuestra contabilidad doméstica. La mayoría de los bancos apenas paga intereses por los ahorros de sus clientes debido al entorno actual de tipos de interés en mínimos, y algunos de los que lo hacen exigen a cambio que el cliente se vincule (domicilie sus ingresos o recibos, por ejemplo). Pero siempre hay excepciones y hoy día es posible contratar cuentas de ahorro sin comisiones y sin vinculación con una rentabilidad superior a la media.

3.Mejorar la factura de la luz: Los incrementos en las facturas han sido espectaculares. Una posibilidad es cambiar tarifas del mercado libre, dado que según datos de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), las tarifas de precio variable han demostrado históricamente ser las más beneficiosas para la mayoría, ya que hay horas y meses en los que la electricidad es más barata. Otra opción es contra-ofertar a nuestro proveedor. No hay derecho a que se cobre menos a nuevos clientes que a los veteranos. Yo lo he aplicado y funcionó: amagas con irte y bajan la cabeza. Soy nuevo cliente a precio mucho más barato de la misma compañía con la que tengo el servicio desde que me casé, allá por el cambio de siglo. El control de uso también es muy importante.

4. Ahorrar en el consumo de agua: Además de contribuir a la sostenibilidad, mejorará nuestra factura. Es necesario ahorrar agua. Una persona consume de media 132 litros al día según cifras del INE. Hacer un uso adecuado del agua es una responsabilidad individual y, en cuestión del hogar, somos nosotros los que debemos saber gestionar su consumo de la manera más apropiada. Aplicar pequeños gestos como cerrar el grifo mientras nos afeitamos o nos cepillamos los dientes puede bajar el consumo. Todo ayuda en este ahorro tan importante para nosotros y para el planeta.

5. Ahorrar en seguros, servicio de internet...: El mismo truco que puede servir para la compañía de la luz es útil con los proveedores de otros servicios. Vivimos en un entorno de ofertas y contraofertas continuas, lo cual puede ayudarnos a mejorar nuestras condiciones. En el caso de los seguros es muy habitual y la digitalización de los servicios ha ayudado a agilizar estos procesos.

6. Ahorrar en la cesta de la compra del supermercado: En plena pandemia ya empezamos a notar una subida importante de precios en los supermercados. De hecho, fueron de los que mantuvieron la actividad económica, cuando no podíamos salir de casa, pero podíamos salir a comprar comida. Hacer la compra 'on-line', eligiendo estrictamente los productos que realmente necesitamos y evitando tentaciones presenciales, puede ser una inteligente estrategia.

7. Incrementar el uso del transporte público y de la bicicleta: Con el incremento desmesurado en el precio de los combustibles, recurrir en mayor medida al transporte público, además de ser favorable para la sostenibilidad, lo es para el bolsillo. Pensar en usar más la bicicleta, una asignatura pendiente en un país con tantas horas de sol como el nuestro, es otra sabia decisión. No solo mejoraremos en salud, sino en nuestra economía. Es una cuestión de conciencia social, por nosotros mismos y por el planeta.

8. Reducir el pago del IRPF: Ahora que estamos en plena campaña, tratar de considerar la declaración del impuesto con todas las desgravaciones y ventajas posibles para el declarante no solo es lícito, sino recomendable para el ciudadano fiel a su cita con Hacienda. Haciendo las cosas bien, es posible ahorrarse cantidades importantes en la declaración.

9. Cambiar definitivamente a la mentalidad de ahorro: Suena difícil, pero en esta tesitura de pérdida de poder adquisitivo por el incremento de la inflación, unido al hecho contante y sonante de que nuestros ingresos no se han visto incrementados en la misma medida, no queda otra que vivir con mentalidad de control y, si es posible, reducción de gastos. Ahorrar, además, es uno de los propósitos más repetidos, pero, muchas veces postergado. El día a día nos come literalmente. Un buen punto de partida es empezar el año analizando cuáles son los gastos fijos (alquiler o hipoteca, préstamos, recibos del hogar, alimentación, etc.) y los ingresos, para hacerse una idea de cuánto dinero se tiene disponible cada mes y cuánto se gasta. Ser prudente, anotar gastos, controlar las comisiones, recurrir de manera muy puntual al crédito, negarse al sobreendeudamiento, programar transferencias automáticas de cara al ahorro, fijarse metas a largo plazo, practicar un consumo responsable, ser precavido en la revisión de cargos en cuenta y tarjetas bancarias, no solo ayuda a hacer balance de nuestra situación financiera, sino a detectar rápidamente si somos víctima de un fraude.

10. Mejorar la formación financiera: Es un buen consejo en general, pero en circunstancias difíciles, en particular. En la coyuntura actual, las ventajas de esta formación se incrementan. La educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente para muchos españoles. La falta de conocimientos en materia económica impide tomar buenas decisiones y no ayuda a llegar a fin de mes o a ahorrar. Por ello, conocer los productos financieros existentes y sus características básicas es una baza innegable a la hora de elegir las inversiones más convenientes en cada momento.

TEMAS

Banca online

 EN PORTADA DE EL COMERCIO



EN SECCION DE ECONOMIA DE EL COMERCIO