El pasado domingo se estrenó en Oviedo esta ópera de Donizetti. La disfruté muchísimo, amable lector, y le invito a asistir si se pasa estos días por Oviedo. Es una ópera bufa; no es muy larga y como reza el comentario del libreto del que le dejo imagen es "una ópera sobre la nostalgia acerca de la felicidad personal".
Muy dignos los cantantes, especialmente Beatriz Díaz y José Bros. La escenografía con el techo de copas, maravillosa. Me gustó muchísimo. Sin grandes gastos se pueden hacer cosas muy bellas, si se tiene buen gusto.
Y me emocioné con una de las arias más bellas. Tenía yo tonta la velada, así que se me escapó una furtiva lágrima en la oscuridad del Teatro Campoamor. Nadie se percató de ello. Como decía mi adorado Oscar Wilde, "las lágrimas son el refugio de las mujeres feas pero la ruina de las bellas". Una nunca pierde la esperanza de pertenecer al segundo grupo, así que siempre lloro a puerta cerrada o en la oscuridad. Fue de esos llantos con placer, con el gozo de percatarse de que algo escrito hace tanto tiempo consigue todavía hoy emocionarnos. Esto es, el ARTE con mayúsculas, cumpliendo su función.
Le dejo una versión maravillosa de este aria interpretada por Pavarotti.
Y en este vídeo el presentador habla de la dicha de amar y conseguir ser correspondido. ¿Sabe lo que es eso? El que lo probó, lo sabe. Y tras haberlo experimentado, al menos una vez en la vida, se puede morir uno tranquilo, creo yo.
Mi libreto y entradas....Como siempre, feliz como una perdiz de apoyar con mi mecenazgo a la ópera de Oviedo. Esto no es Madrid o Barcelona. Es Oviedo. Y tenemos los recursos que tenemos, así que si queremos disfrutar del arte del bueno habrá que colaborar. Los artistas también tienen que comer, sobre todo, los que merecen tal nombre, que de todo hay en la viña del Señor.
