domingo, 19 de marzo de 2023

Mi palmera sigue pletórica

 Lo de ser una chica privilegiada y con suerte, parece que soy capaz de trasladarlo hasta las plantas y árboles de mi jardín. El COMERCIO habla de la terrible epidemia de picudo rojo que invade Gijón y de la que, de momento, se libra mi bellísima palmera. Chica con suerte y bella palmera con suerte. Que dure la dicha y la suerte.


El picudo rojo castiga a las palmeras de Gijón

El 75% de las palmeras de titularidad municipal están afectadas por el picudo rojo. Las 200 que han sido colonizadas por el insecto o están en una zona donde se ha detectado la plaga serán sometidas a tratamiento

Laura Mayordomo

Martes, 14 de marzo 2023, 01:46 

«El picudo rojo avanza inexorable», sentencia el jefe del servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Gijón, Juan Carlos Martínez. Desde que el Principado declaró como plaga la infestación de palmeras por parte de este insecto coleóptero de origen asiático, hace un lustro, su expansión ha sido imparable. Basta conocer el grado de afectación de las palmeras municipales, las que están en espacios públicos que son titularidad del Ayuntamiento de Gijón, para hacerse una idea del avance de la plaga. Según consta en el censo regional, son 517 (el 12% del total existente en el concejo), pero solo 259 son la llamada palma canaria, el tipo de palmera con el que se ceba el picudo porque carece de mecanismos de defensa frente a su ataque.

En cifras

Palmeras públicas y privadas están registradas en el concejo de Gijón. Es la mayor concentración de toda Asturias. De ellas, 517 son de titularidad municipal. Hay al menos otros 3.790 ejemplares en manos de particulares.

Palmeras municipales son del tipo 'Phoenix canariensis' (palma canaria), a la que ataca principalmente el picudo rojo. De estas, se consideran afectadas unas 200, lo que no quiere decir que en todas ellas haya presencia del insecto. También se consideran afectadas las que están en un entorno donde se ha constatado la presencia del picudo.

30 Palmeras municipales han sido taladas ya al considerarse que eran irrecuperables.

Palmeras municipales son del tipo 'Phoenix canariensis' (palma canaria), a la que ataca principalmente el picudo rojo. De estas, se consideran afectadas unas 200, lo que no quiere decir que en todas ellas haya presencia del insecto. También se consideran afectadas las que están en un entorno donde se ha constatado la presencia del picudo.

Pues bien, de esas 259 palmeras, el servicio de Parques y Jardines considera que hay ahora mismo unos doscientos ejemplares afectados. Directa o indirectamente. Es decir, son palmeras en las que se ha detectado la existencia del picudo rojo o bien que corren riesgo de ser invadidos por él por encontrarse en zonas donde se ha constatado su presencia. Según los expertos, si una palmera está infectada puede contagiar a otra situada en un radio de cien metros. La proporción de la plaga es evidente: tres de cada cuatro palmeras de titularidad municipal se consideran afectadas por el picudo. Y una treintena ya han sido taladas al dar por hecho que eran irrecuperables. Sin ir más lejos, las que daban nombre al parque de Las Palmeras, en Contrueces, que fueron taladas en noviembre.

Tres categorías

Además de inventariar todos los ejemplares municipales, Parques y Jardines también ha revisado el estado de las palmeras y las ha distribuido en tres categorías. Empezando por las consideradas 'singulares', cuya protección se entiende prioritaria. Hay sesenta de este tipo. Otras 149 son ejemplares 'notables' o ubicadas en entornos donde se entiende importante hacer un esfuerzo de conservación. El resto se consideran comunes.

Para no tener que llegar a esa medida extrema, el Ayuntamiento ha previsto someter a tratamientos bien curativos o bien preventivos -en función del grado de afectación- a las palmeras afectadas por el picudo rojo.

Así, Emulsa ha contratado ya con una empresa especializada la 'cura' preventiva que aplicará a los sesenta ejemplares de más valor. Se recurrirá en ese caso a la endoterapia, esto es, inyecciones en la parte central del tronco de un tipo de insecticida denominado emamectina. El tratamiento, con un coste de 145 euros por palmera, se aplica una vez al año, preferiblemente en primavera. Al terminar, se tapan los orificios con unos tapones especiales impregnados con fungicida.

Las instrucciones de Parques y Jardines es que, a mayores, «en caso de verse síntomas de afección» en las palmeras de categoría A, dicho tratamiento se refuerce aplicando al cogollo una ducha con 20 litros de otro insecticida a base de acetamiprid.

Este último es precisamente el tratamiento curativo previsto para las otras dos categorías de palmera (las consideradas 'notables' y las comunes) en las que se aprecien signos incipientes de afección o, sin presentarlos, se encuentren en entornos donde se ha constatado la presencia del picudo rojo.

Con las palmeras que, de entrada, presenten un grado de afección más elevado pero que aún así se consideren recuperables, se hará primero una intervención de cirugía de yema para después aplicar las inyecciones de emamectina y las duchas con caldo de Epik.

Dos medios para prevenir

El personal de Parques y Jardines reconoce que «dado el grado de afección al que estamos sometidos» por la plaga del picudo sería conveniente «establecer un tratamiento preventivo» sobre el resto de las palmeras municipales. Plantea dos: aplicar productos repelentes naturales en los cogollos de las palmeras de menor valor y realizar tratamientos por endoterapia con emamectina en las palmeras 'singulares'. «Con este tratamiento se entiende que tenemos una protección mayor». No sería tanto un procedimiento repelente como de control de la plaga tras la puesta de huevos y anidamiento del picudo.

Estas son las actuaciones previstas por el Ayuntamiento para tratar de atajar la plaga del picudo rojo. «Se están haciendo esfuerzos más que razonables y en función de los recursos disponibles», contra una plaga «de una virulencia pocas veces vista», defiende Juan Carlos Martínez ante un problema, el del ataque del picudo rojo, que puede suponer un problema de seguridad ciudadana ya que el insecto, que va abriendo galerías en el tronco de la palmera, puede llegar a oradarlo de tal forma que puede propiciar «que rompa y caiga al suelo».

Tratamientos de alto coste

La cuestión es que detener esta plaga también implica actuar sobre las palmeras que se encuentran en fincas privadas y ahí, el precio de los tratamientos preventivos y curativos existentes puede resultar un inconveniente. «O los ayuntamientos y el Principado ayudan económicamente a los propietarios para reducir los costes del tratamiento o nos quedaremos sin palmeras en Gijón y en Asturias de aquí a verano», alerta el geógrafo urbanista Rafael Suárez-Muñiz.

Una red de trampeo para conocer la evolución de la plaga

Dentro de las actuaciones previstas por el servicio de Parques y Jardines para hacer frente a la plaga del picudo rojo está la de establecer una red de trampeo. Emulsa ya ha adquirido las trampas. Sin embargo, y debido a la imposibilidasd de «intervenir en las palmeras dentro del ámbito privado, muchas de ellas dentro del casco urbano» más que un control poblacional de la plaga ese trampeo «se hará simplemente a modo estadístico, para conocer la evolución de la plaga». Así consta en un informe sobre la situación del picudo rojo en el concejo.

Así, según se explica en dicho documento, la red de trampeo que está previsto implantar en estos primeros días de marzo, «coincidiendo con la primera curva de vuelo importante» del picudo rojo, servirá para extraer una información que más adelante permitirá hacer una comparativa con los datos que se recojan en septiembre y octubre cuando se produce «la curva de vuelo de mayor relevancia anual».

Las larvas del picudo perforan galerías de más de un metro de largo en los troncos de las palmeras. Las plantas afectadas por la plaga sufren amarilleamiento y marchitamiento y pueden llegar a morir.