sábado, 31 de diciembre de 2022

¡Muy Feliz 2023!

 Mañana toca empezar nuevo año con renovadas ilusiones. Este bello número de Niven (o Harshad), 2022, se nos va. Siempre lo recordaré como un año muy importante en mi vida. Han sucedido cosas importantes y he publicado muchísimo. De los más productivos en mi vida académica así que me deja muy satisfecha profesionalmente. 

Encontré esta foto en casa de mi madre en Oviedo, el día de Nochebuena. La puso en un retrato en el salón. La única vez que tuve el cabello de esa manera y por eso lo quiso recordar. Es curioso cómo a veces las mujeres nos dejamos llevar por los consejos de una peluquera malintencionada cuando la naturaleza claramente nos ha dado algo más bello. Una y no más. Estaba recién casada. Han pasado 22 años desde esa foto. Y aquí estoy, viva, con ganas de seguir criando hijos, trabajando, disfrutando...En una palabra, viviendo.

Me da mucha pena este espectáculo-culebrón de cierre de año de Mario Vargas Llosa y la señora Preysler. Él le reprocha en un cuento que es una mujer que no vale la pena y ella en la revista por excelencia del papel couché, que es un celoso. Espero que con el tiempo puedan, al menos, recordar los buenos momentos que seguro que los hubo. Se enamoraron y lo intentaron. Ya está. 

Sin querer dármelas de pitonisa, cuando comenzó la relación escribí un artículo en prensa. Ya lo recuperaré. Estoy en modo vacaciones. Me impactó la asimetría en tal relación. Creo profundamente en el equilibrio entre los miembros de la pareja, en aras de la sostenibilidad: equilibrio en lo intelectual, en lo físico, en el registro lingüístico de comunicación, en el nivel educativo, en la manera de mostrarse en sociedad, en la manera de presentarse, de ser y estar en el  mundo, casi casi hasta en la procedencia. Creo en todo eso en beneficio de la mutua compenetración. A ella, a la Preysler le interesa el espectáculo y el papel couché y a él, la cultura. Son mundos e intereses muy divergentes. 

Y por otro lado, el cuento de Vargas Llosa lo pinta muy bonito, como que añora a su mujer, madre de sus hijos y secretaria pero lo cierto es que ya le había puesto los cuernos a troche y moche. O sea, que tenía ganas de salir del nido familiar. Mucha pasión y amor de pareja ya no tenía. Eso queda en la literatura pero no en la realidad de su vida, tras 50 años de matrimonio. 

Lo siento por ellos. 

Preysler sedujo a Vargas Llosa para que luego este deje escrito que es una mujer que no vale la pena. 

En alemán seducción se dice "Verführung", que viene de "Verführen", seducir, literalmente llevar a alguien por el mal camino. Atrapar. Viene de la estrategia militar. Todas las palabras que en alemán empiezan por la partícula "VER" tienen una connotación negativa. El propio Führer, y de ahí viene su denominación, fue un austríaco de ridículo bigotillo que sedujo políticamente al pueblo alemán - no olvidemos que lo votaron - y que trajo la propia destrucción del país, así como un conflicto bélico que, si no me equivoco, desembocó en la pérdida de 10 millones de vidas humanas. Peor camino de seducción imposible. 

Tengo la teoría de que los hombres se enamoran solitos de quien les toca enamorarse. Mantenerlos enamorados es algo mucho más difícil, ergo, tarea y labor femenina. Y el amor que se siente, si se siente y cuando se siente, se declara. Y, en caso contrario, es esperar peras del olmo. 

Ser honesta con lo que una es, y dar lo que se tiene, sin tapujos ni mentiras creo que es mucho más válido a largo plazo. 



"Por muy desengañados que estemos es imposible vivir sin alguna esperanza. Siempre conservamos una, a pesar nuestro, y esa esperanza inconsciente compensa todas las demás, explicitas, que hemos rechazado o agotado". 

Del inconveniente de haber nacido” Emiliana Cioran. 



Por un año nuevo con pedacitos de cielo en la tierra, de los que habla la sabiduría tolteca. 

“Todas las noches, parece mentira, desde que cometí la locura de abandonar a mi mujer, pienso en ella y me asaltan los remordimientos. Creo que solo una cosa hice mal en la vida: abandonar a Carmencita por una mujer que no valía la pena (…). Todas las noches pienso en ella y le pido perdón”. 

Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 86 años) 
"Los vientos" (cuento con tintes autobiográficos escrito hace más de dos años y que publicó en Letras Libres en 2021). 

En el Twitter de su hijo, Alvaro Vargas Llosa, el Nobel de literatura aparece leyendo versión original en francés de Madame Bovary. Cuando falla el amor de pareja, siempre queda el amor paterno-filial, para quien es padre, claro.  



Y que no falte la música en el nuevo año. Al menos, a mí. 


Hay que ver qué trabajadoras son algunas señoras que son capaces de bordar un árbol de Navidad. Impresionante. Esto me encontré en las calles de Gijón.