Acabo de leer esta entrevista a Susanna Tamaro. Ya he hecho referencia a Tamaro en este blog, expresando mi admiración por ella (véase ARTICULOS-PRENSA entrada de 9 de diciembre de 2016).
Nuevamente sorprende con su arrolladora personalidad y definiéndose, como en alguna otra ocasión ha hecho, como una tigresa. ¡Qué curioso! Yo creo que es la última definición que me aplicaría a mí misma.
La entrevista que le dejo aquí, amable lector, no tiene desperdicio. En especial, la parte que hace referencia a las chicas, hoy en día, preocupándose sólo de su aspecto físico en su mayoría. Señala Tamaro que en su generación los referentes eran otros: grandes científicas, escritoras... En la mía también, desde luego. Mal vamos si lo que quieren las niñas de nuestro tiempo es llegar a ser Irina Shayk en lugar de Marie Curie. ¡Muy mal! La mujer que sólo se preocupa de su físico y de su aspecto termina completamente vacía cuando esa belleza física se agota. Y lo hace sin tardar mucho. Más rápido de lo que esperamos....
Susanna Tamaro: "El mundo de hoy convierte a los
niños en pequeños cínicos y eso es horrible"
· RTVE.es entrevista a
la autora, que publica La tigresa y el acróbata
· Su nuevo libro es una
fábula para adultos y su "testimonio espiritual"
29.05.2017 | actualización 17h40
LAURA G.
TORRES
Susanna Tamaro (Trieste, Italia, 1957) vive en una
casa de campo en Porano, a hora y media de Roma, rodeada de animales y alejada
del mundanal ruido de la sociedad moderna. Para ese mundo convulso va dedicada
su última obra, La tigresa y el acróbata (Seix
Barral, 224 páginas, 18€), una fábula para adultos protagonizada
por una tigresa con la que la escritora se siente "completamente
identificada" porque, al igual que ella, siempre ha "buscado la
libertad".
Portada de 'La tigresa y el acróbata'.
"Vivimos en un mundo de narraciones, estamos
llenos de historias en la televisión o en internet, pero son historias vacías
de entretenimiento. Las historias deben tener un nivel más profundo y nutrir
el alma y para eso la fábula es el instrumento más
adecuado", justifica en una entrevista con RTVE.es la autora, que añade
que su nuevo libro representa su "testimonio espiritual,
las reflexiones de una vida entera sobre su vida".
Comparada, inevitablemente, por la crítica italiana
con El Principito, de Saint-Exupéry, aunque
ambas "tienen que ver con el alma y hablan a los adultos", la tigresa
es un personaje "más complejo" que el pequeño príncipe y, por tanto,
"más rico", según su creadora, que reconoce que este es el libro
"más difícil" que ha escrito jamás, hasta el punto de haberlo
dejado parado incluso durante un largo año.
La tigresa y el acróbata narra
la vida de una tigresa desde su nacimiento, pasando por la temprana pérdida de
su madre en la Taiga de Siberia hasta una amistad fortuita con un chamán que la
enseña a regirse por la sabiduría del corazón. Una historia alegórica sobre un
alma libre y el largo viaje que a veces debemos emprender para encontrar de
nuevo el camino de regreso a casa.
El animal sin enemigos
Para la autora de Donde el corazón te lleve (1994),
la novela que la catapultó a la fama, convertir en protagonista de su fábula a
una tigresa surgió "de manera natural", ya que es un animal al que se
siente "muy cercana": "Soy solitaria y
tal vez aristocrática en el sentido de que tengo cierta lejanía de lo que me
rodea, y practico artes marciales desde los 30 años y cuando se practican el
animal al que uno quiere parecerse es al tigre", explica Tamaro, quien
este domingo firmó ejemplares de su novela en la Feria del Libro de Madrid
ataviada con una camiseta de tigre.
Cree que tigre y hombre se parecen porque ninguno de
ellos tiene enemigos, aunque considera que los hombres "odian" al
gran felino porque prácticamente los han exterminado, lo que cree que obedece a
un sentimiento de "envidia". "Destruir lo
bonito es muy característico de nuestra civilización",
sostiene.
"Los animales se matan entre ellos solo para
comer, pero nosotros ¿por qué matamos? Viven en armonía con la vida; nosotros
no", afirma la autora de 59 años, este lunes ataviada con
una chaqueta con aves estampadas, que vive rodeada de animales y que
asegura que siempre le ha fascinado su autosuficiencia, cómo se mueven o cómo
te miran. "Cuanto más vivo con ellos, más cuenta me doy de que no conocemos
nada de los animales".
Así, la también autora de Escucha mi voz (2007)
confía en que su fábula pueda servir a los lectores a hacerles un poco más
libres y para "aprender a mirar las cosas de forma distinta, con los ojos
del corazón y no de la conveniencia y el conformismo".
Perseguir los sueños
Su tigresa decide no seguir el camino marcado para
ella por otros y perseguir su sueño, una recomendación vital que Tamaro siempre
hace a todos los niños. "A los niños siempre les digo que tienen que tener
un sueño y luchar por ese sueño. Eso es fundamental porque el mundo de hoy en
día es tremendamente cínico y tenemos niños que se convierten en pequeños
cínicos, y eso es horrible", afirma la autora, que cree que el cinismo es
sin duda uno de los "grandes males" que atenazan a nuestra
sociedad.
"Hemos destruido la infancia y transformado
a los niños en pequeños hombres crueles y cuando se destruye
esto, se destruye la sociedad en su conjunto, y el futuro. ¿Qué sociedad van a
poder construir estos niños? Ya no tenemos la capacidad de comprometernos, de
llevar a cabo esfuerzos, ha desaparecido el silencio. Son todos factores que
están relacionados con la manera en que funciona nuestro cerebro, porque
durante millones de años ha funcionado así y ahora en 20 años ha cambiado todo.
Y esto es algo tremendamente peligroso. Ahora, si se pone un dedo en una tablet se
obtiene inmediatamente respuesta y para los niños esto es malísimo porque es
como tener casi una varita mágica, pero no es real. Cuando se dan cuenta de que
la vida real no es así, se produce la frustración y la desesperación y es un
cambio tremendamente complicado de gestionar", reflexiona la autora
italiana descendiente de Italo Svevo.
Para poner remedio a esta situación, la también
cineasta y guionista cree fundamental tener "conciencia" de este
problema y "tutelar y cuidar" de los niños.
En este sentido, cree que muchos padres y tutores tienen esa conciencia pero
esta no existe a nivel gubernamental: "Piensan que si los niños ocupan el
tiempo con una tablet es bueno porque es síntoma de
modernidad, pero al cabo de unos años será una
catástrofe total".
Esa modernidad, convertida en ciberacoso a los niños y
jóvenes a través de las redes sociales, también "angustia" a Tamaro.
"Es algo tremendo para mi generación. Si me hubiesen contado que cuando
tuviese 60 años las niñas serían víctimas de este tipo de bullying,
no me lo habría creído. Las mujeres hemos dado un paso atrás porque únicamente
se ocupan de su aspecto físico. Hay que ser muy delgada o te encuentras fuera
de la sociedad, y eso es tremendo. Se levantan antes para estar perfectas y
maquillarse para ir al colegio. Hay un lavado de cerebro increíble, sobre todo
para las chicas", se lamenta la escritora, que exige alguna forma de
control de este fenómeno para dar un uso positivo a estos avances tecnológicos
y que las redes sociales no sean un "río de
basura" empleadas para "pegar gritos y compartir
episodios violentos".